Analiza Atlas continuidad de Beñat San José
Los resultados y, sobre todo, el funcionamiento, hacen que surjan las preguntas alrededor de Víctor Manuel Vucetich. ¿Por qué el cambio tan grande de un torneo a otro? ¿Han dejado de creerle sus futbolistas? ¿Cuál es la línea que separa la perseverancia de la terquedad? Y la más importante que ahora mismo se plantean aficionados del Rebaño Sagrado: ¿Por qué no renuncia?
Lo más sencillo para responder a la última de las interrogantes sería pensar en el factor económico. El llamado Rey Midas tiene fama entre los dirigentes del futbol nacional de ser uno de los técnicos que mejores acuerdos logra en sus contratos. No solamente por ser de los que más elevado salario tiene, sino también por las cláusulas de finiquito que establece al momento de firmar.
Si el Guadalajara lo quiere fuera, tendría que pagar la totalidad del convenio firmado. Es decir, dos años de sueldo, aunque trabaje solamente uno. Si Víctor Manuel Vucetich renuncia, se iría sin recibir esa clase de finiquito, como en cualquier empleo normal. Eso, de entrada, ya hace una gran diferencia. Pero pensemos más allá: ¿Tiene necesidad de hacer algo así?
Seguramente la respuesta es un contundente no. Víctor Manuel Vucetich es uno de los técnicos más exitosos del futbol mexicano en los últimos años. Esos triunfos le han permitido construir un importante patrimonio. A nivel económico, no tiene ninguna necesidad. Su presente y su futuro, asumiendo que ha sabido administrarse, deben estar asegurados.
Entonces aparece otra pregunta: ¿Por qué se queda? Se podría pensar, otorgándole el beneficio de la duda, que por simple perseverancia. Por el deseo natural de triunfar en un equipo grande, algo que a lo largo de su brillante trayectoria no ha podido lograr. Sus éxitos, que no son pocos, fueron en equipos de menor exigencia. En Cruz Azul no pudo y ahora en Chivas el panorama se le complica.
Cualquier profesional aspiraría a lo mismo que Vucetich. No es lo mismo, dicho esto con el debido respeto debido, triunfar en cualquiera de los equipos donde estuvo que hacerlo con el Guadalajara. Seguramente no resultaría agradable ser etiquetado como “un técnico muy exitoso… que con los grandes no pudo”. A nivel personal, es una cuenta pendiente. Cuando se ha ganado todo ¿qué es lo que mantiene viva la ambición de ir por más? Precisamente eso: encontrar retos distintos a los pasados, ganar algo que antes no se ganó.
Chivas representa eso en su carrera, la posibilidad de lograr lo que antes no ha podido. Desde esa perspectiva, sería hasta comprensible. Pero hay una delgada línea que separa la perseverancia de la terquedad. Dicen en el barrio: si no se puede, no se puede y ya. Tampoco es que la falta de éxito con clubes grandes vaya a opacar su brillantísima carrera.
Víctor Manuel Vucetich es un entrenador histórico en el futbol mexicano. Su prestigio está fuera de toda discusión… aunque no pudiera triunfar con un club grande. Hay algo que define por lo general la posibilidad de éxito que pueda tener un entrenador: la credibilidad de su plantel. Cuando no se tiene eso, difícilmente se podrá triunfar. Si se presenta dicho escenario, lo mejor (y más digno) es hacerse a un lado.
¿Es este el caso de Chivas con su actual técnico? Los resultados y, sobre todo, el funcionamiento harían pensar que sí. Los únicos que lo saben con exactitud son los jugadores y el propio entrenador. Si fuera así, entonces el quedarse deja ser un acto de perseverancia para convertirse en una terquedad. Porque cuando un grupo deja de creer, es muy difícil (ojo, no imposible) retomar el camino.
El Rey Midas vive momentos complicados. Si levanta al Guadalajara y convence a los jugadores de que es posible triunfar con sus formas, habrá dado tal vez la única muestra de capacidad que le hacía falta en su carrera. Pero si no es así, ojalá sepa retirarse a tiempo de la perseverancia, porque cuando se habla de un equipo grande, bien puede encumbrar, pero también puede hundir.