Visión Financiera
Algo pasa en Chivas en la parte que tiene que ver con el manejo del entorno. Primero fue Víctor Manuel Vucetich al asegurar que no hay presión porque su equipo marchaba invicto en las primeras dos fechas. Con dos empates, él prefería ver el vaso medio lleno, a diferencia de la prensa. Ahora es el defensor Antonio Briseño quien vuelve a involucrar a los medios de comunicación.
Dice el Pollo que no hay crisis. Supongamos que le concedemos algo de razón: el equipo llegó a Semifinales del torneo pasado y en el que recién empieza apenas se han disputado tres jornadas. Si bien los resultados son muy malos (dos puntos de nueve disputados), tal vez exista algo de verdad en creer que aún es pronto para poner dicha palabra sobre la mesa.
Pero (ojo que en los clubes grandes siempre hay un pero) hay formas de decir las cosas. El señalar que no hay crisis sería mejor recibido si va acompañado de un ejercicio fuerte de autocrítica. Por ejemplo, qué distinto sería un discurso tipo: “Miren muchachos, aquí esa palabra no me parece que tenga lugar, PERO reconocemos, con plena CONSCIENCIA y absoluta RESPONSABILIDAD, que los resultados ofrecidos en el arranque del torneo no están a la ALTURA de Chivas. Por tanto, asumimos el COMPROMISO corregir lo que nos toca para mejorar el rumbo de inmediato”.
Qué diferencia, ¿no? En cambio, Antonio Briseño apostó por la fácil: culpar a otros. Calificó el uso de la palabra crisis como una “exageración brutal” de la prensa. “Ustedes mismos lo exageran”. No, señor. El error no es solamente de expresión, sino de concepción: los medios de comunicación no son responsables de la enorme alegría que provoca Chivas cuando gana un título, como tampoco son culpables de la decepción que sufren esos mismos aficionados cuando el equipo anda mal.
Lo que genera todo es la propia grandeza de Chivas. Eso es lo primer que debe comprenderse cuando se defiende esa camiseta. Si hoy el aficionado habla de crisis es porque quiere mucho más de su equipo. Es perfectamente válido no compartir dicha expresión y manifestarlo abiertamente, pero (ese pero que siempre existe) culpar a la prensa termina siento un recurso muy simple para eludir lo que pueda o no estar mal en la parte futbolística.
Sucedió con Víctor Manuel Vucetich. El experimentado técnico quiso eludir la presión, agarrándose de un invicto de dos empates… poco o nada para un equipo grande. Ahora es el Pollo Briseño quien escapa de la palabra crisis culpando a la prensa. Algo pasa en Chivas. Incluso pareciera que sus protagonistas no supieran dónde están parados.
Ojalá no sea el caso. Y ojalá, por bien del equipo, que frente a las cámaras sea ese el discurso, pero por dentro exista un verdadero ejercicio de autocrítica, con la exigencia necesaria para que se corrija el rumbo de inmediato, porque se califique o no como crisis, un club tan grande como Chivas no puede conseguir dos puntos de nueve y estar como si nada pasara.