En memoria de Agustín Granados fallecido hace diez años.
Los asesinos de la alcaldesa de Temixco –uno de los municipios más violentos del Estado de Morelos– fueron tres sicarios de la banda criminal de Los Rojos quienes cobraron medio millón de pesos por la ejecución; dos cómplices fueron abatidos.
Sin embargo, el mensaje escrito con sangre ha de leerse con cuidado.
La edil perredista había expresado públicamente su decisión de ratificar el Mando Único Policial propuesto por el gobernador Graco Ramírez. El viernes recibió presiones para cancelarlo; el sábado la mataron.
No hace falta ser estratega en materia de seguridad para entender que a las bandas criminales de Morelos convienen 33 cuerpos policíacos municipales susceptibles de ser utilizados como brazo armado –con placa y uniforme– bajo la ley de “plata o plomo” para impedir una estructura policial sólida con mando vertical, mayores recursos y mejor coordinación.
“El asesinato de la Presidenta Municipal de Temixco, Gisela Raquel Mota Ocampo, es un mensaje para que las autoridades municipales no acepten el esquema de coordinación de seguridad de Mando Único”, advierte el Gobernador de Morelos… para que entiendan quienes no entienden.
La ejecución manda un mensaje claro: la presión contra el nuevo esquema policiaco de Mando Único mostraría que la estrategia del Gobernador ha sido adecuada para ganar la batalla a los criminales, y que el modelo operado por el Comisionado de Seguridad Pública Alberto Capella estorba a la mafia de las drogas.
El ominoso crimen de Mota Ocampo “es un desafío contra las instituciones que no quedará impune (…) no vamos a regresar a lo de antes” sentencia el gobernador –correligionario de la alcaldesa asesinada–. Anuncia un protocolo de protección a alcaldes después del asesinato.
¿Los detractores del Mando Único seguirán propalando los perjuicios de un modelo seguridad centralizado?
En medio de esta crisis, el flamante alcalde de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco, insiste en despreciar precisamente el modelo del Mando Único. El ex goleador dice que los cuernavaquenses están en desacuerdo. ¿Ignora que la seguridad no ha de someterse a la consideración de los gobernados? Por lo pronto, la postura de El Cuau ha dejado sin armas y coordinación a los uniformados de la capital morelense. Para algunos, es un berrinche, para otros, una maniobra de aquellos que pretenden manipular al aprendiz de brujo para convertirlo en títere.
EL MONJE MEMORIOSO: Cómo me haces falta querido compadre. Te me fuiste hace una década y el hueco de tu ausencia sigue lleno de orfandad.
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