Presentan programa del Maratón Internacional Guadalajara
GUADALAJARA, Jal; 18 de septiembre de 2018.- A 20 años de su creación, el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) no había tenido tantos deslices como los que se han registrado durante esta administración, desde la peregrinación de cadáveres por diversos municipios metropolitanos, hasta inconsistencias en los dictámenes.
El primer tropiezo de la administración estatal fue en agosto de 2013, cuando el entonces director Marco Antonio Cuevas Contreras tuvo el “detalle” de colocar sellos con la imagen del Gobierno del Estado en las urnas que contenían los restos de cuatro jóvenes de Lagos de Moreno que habían desaparecido.
La imagen fue duramente criticada por emitir un mensaje asistencialista, aunque Cuevas Contreras sostuvo todo el tiempo que la intención era mostrar apoyo a los familiares de las víctimas.
El otro importante desliz que tuvo la administración se dio en 2017, cuando sin mayor explicación se informó el despido de una veintena de peritos, a sabiendas que esto podría generar retrasos en los procesos, sobre todo en la identificación de desaparecidos.
Fuentes cercanas al IJCF aseguraron que nunca se les dio un motivo para el despido masivo en plena ola de violencia.
En mayo de 2018, el titular del organismo, Luis Octavio Cotero Bernal contradijo la versión de la Fiscalía General del Estado en la que se aseguraba que los tres estudiantes de cine que habían desaparecido fueron diluidos en ácido.
El director del IJCF declaró que no contaban con elementos suficientes para confirmar científicamente la versión del Gobierno del Estado.
Quizás el error más significativo fue el que le costó el puesto a Cotero Bernal, pues durante varios días, 157 cuerpos deambularon por diferentes municipios, al ser transportados en un tráiler frigorífico, por la falta de espacio, violándose así los protocolos de actuación a personas fallecidas que no han sido reclamadas.