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GUADALAJARA, Jal., 05 de julio de 2021.- Este lunes la caravana de Búsqueda Nacional en Vida por los Desaparecidos, donde participan integrantes de diferentes colectivos de 17 estados, se manifestaron de manera pacífica para exigir a las autoridades las condiciones para la localización de sus familiares.
Avanzaron por un carril de avenida Chapultepec desde Plaza de la República a la Glorieta de las y los Desaparecidos ubicada en avenida Niños Héroes.
“¿Dónde están? ¿Dónde están? ¿Nuestros hijos dónde están?”. “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”. “Guadalajara mirando, también está apoyando”, y “únete, únete que tu hijo puede ser”, fueron parte de las consignas que llegaron a la Glorieta que desde hace años ha sido el espacio donde los rostros de los más de 12 mil desaparecidos en Jalisco han sido plasmados.
GOYITA ORTIZ BUSCA A SU HIJO
Una de las voces que participaron en este movimiento nacional, fue la de la señora Goyita Ortiz, quien desde el 2008 busca a su hijo Alberto de la Cruz Ortiz, quien en ese entonces tenía 12 años.
Después de la desaparición, la vida de ella y su familia jamás ha vuelto a ser la misma.
Goyita Ortiz vio por última vez a su hijo Gustavo cruzar la puerta para ir a la escuela el 21 de marzo del 2008 y desde entonces no lo ha visto regresar.
“La vida nos cambia, realmente la vida nos cambia porque por ejemplo ya no disfruta uno a la familia como debe. Tengo por ejemplo 2 nietecitos a los que dejo y a los que no puedo disfrutar. A mi mamá la dejé por varios años, ya no estuve con ellos los 10 de mayo, porque yo me tenía que ir a las marchas a la Ciudad de México. La vida te cambia. Se acaban planes, se acaban metas, se acaban sueños, se acabó todo, de lo que nosotros queríamos hacer, ya no”.
De Gustavo, quien hoy tendría 26 años, su familia nunca volvió a saber nada.
El entonces adolescente salió de clases en la escuela secundaria general número 1, de Pachuca, donde fue visto por última vez y desde entonces su familia fue víctima de intentos de extorsión.
En 2008, las desapariciones no eran un delito tan presente en la vida de los mexicanos, por lo que las autoridades de entonces fueron omisas desde la presentación de la denuncia, hasta la búsqueda del menor y no hay testigos o pistas para resolver su problemática.
Su madre sólo sabe que desapareció en el trayecto a su casa, pues Gustavo estaba ahorrando y prefirió no tomar el camión.
“Se iba en la combi, pero como él estaba guardando dinero para comprarse una máquina de videojuegos, se iba caminando y pues días después de su desaparición nos llegó un anónimo pidiéndonos rescate, nos pedían dinero, que querían a mi hijo para tráfico de órganos, pero que no les servía, porque mi hijo tenía sinusitis crónica y así no les servía”.
La madre de Gustavo terminó en la Ciudad de México para presentar una nueva denuncia y fue donde encontró apoyo.
A lo largo de estos años, Goyita ha sido testigo del aumento de personas desaparecidas y familias destruidas por la desaparición de hijos, hermanos y padres.
“Yo fui viendo cómo fue creciendo eso de las personas, antes éramos muy pocas que nos manifestamos en el Monumento a la Madre en la Ciudad de México o íbamos al Ángel de la Independencia. Éramos muy pocos, en el 2012 veo la gran cantidad que se empezó a juntar y digo ‘Dios mío ¿qué está pasando?’, y pues ya no me siento sola, somos una gran familia”.
La madre de Gustavo pide apoyo a las autoridades para resolver la desaparición de su hijo y ahora está de visita en Jalisco para participar en la Jornada de Búsqueda Nacional en Vida de personas desaparecidas.