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CIUDAD DE MÉXICO, 13 de febrero de 2016.- Al filo de las 11 horas, el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, entregó las llaves de la Ciudad de México al Papa Francisco, en una ceremonia que apenas duró cerca de dos minutos.
En una ceremonia celebrada en la entrada de la Catedral metropolitana, Mancera también le entregó un pergamino de Visitante distinguido al Pontífice, quien a su vez le entregó una medalla conmemorativa del Vaticano.
El acto tuvo una duración de alrededor de un minuto con 40 segundos y fue luego de que el Papa recorriera en el Papamóvil los alrededores de la Plancha del Zócalo, donde alrededor miles personas le expresaron muestras de cariño y a quienes el Sumo Pontífice saludó agitando la mano, e inclusive dialogó con unos mariachis y le acercaron a un pequeñín, al cual bendijo.
Estaba previsto que firmara el libro de visitantes distinguidos, pero a las 10:28 unos hombres retiraron el atril de dicho ejemplar.
Posteriormente, el Papa Francisco, acompañado del cardenal Norberto rivera se encaminó hacia la Catedral Metropolitana para sostener, allí un encuentro con miembros de la jerarquía católica. Fue recibido por unos niños cantores.