Accidentes viales, pandemia silenciosa: Mario Silva
GUADALAJARA, JAL., 12 de diciembre de 2015. Durante la temporada invernal, de 200 a 300 personas sin hogar reciben ayuda por parte de las brigadas de la Unidad de Apoyo para Personas Indigentes (UAPI), dependiente del Instituto Jalisciense de Asistencia Social (IJAS).
Esto lo informó Aurelio González Ávalos, trabajador social del IJAS, quien dijo que la captación de este sector de la población se realiza en los recorridos nocturnos que hace el grupo interdisciplinario de la UAPI y la sociedad civil.
El equipo de profesionales que realiza los recorridos nocturnos invernales, en operación desde octubre pasado y que finaliza el próximo 28 de febrero de 2016, auxilia entre 10 y 15 personas cada semana a quienes se les ofrecen un lugar para dormir, comer, bañarse y los que así lo decidan para vivir también.
Médicos, psicólogos, psiquiatras,, trabajadores sociales y voluntarios realizan sobre todo «una labor de convencimiento» con las personas que localizan durmiendo en la calle o vagando por la oscuridad de la ciudad, explicó González Ávalos; ya que de acuerdo él, existe resistencia por parte de los indigentes a recibir ayuda o quedarse en el albergue de la UAPI, por lo que prefieren buscar otro tipo de refugio.
Lo anterior, origina que las brigadas capten especialmente a personas que tienen alguna discapacidad mental o motriz y en muchos de los casos ambas.
Seres humanos que fueron echados a la calle por sus familias, porqué no pudieron o no quisieron atenderlos; en otros casos, este segmento de indigentes se extravió al salir del hogar y ya no pudo regresar, aseguró el trabajador social; además, existen albergados que por el consumo de alcohol o drogas se accidentaron y sufrieron trastornos psicológicos que los imposibilitaron para dar referencias personales, por lo que fueron trasladados al refugio de la UAPI, ubicado en Emilio Rabasa 1675, colonia Miraflores.
La Unidad de Apoyo para Personas Indigentes recibe del IJAS, más de 18 millones de pesos al año para operar no sólo los recorridos nocturnos invernales de la temporada, también los del resto del año que se hacen dos veces por mes. Pero sobre todo, el recurso se utiliza para la atención psicológica, psiquiátrica y odontológica, también la alimentación, el aseo y los trámites legales necesarios de las casi 240 personas; incluso, se hace el gasto de los servicios funerarios y la cremación de los albergados que fallecen ahí.