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CIUDAD DE MÉXICO, 5 de febrero de 2016.- De las 68 lenguas indígenas que se hablan en México 64 están en peligro de extinción, debido a que la mayoría de ellas no cuenta con una forma de escritura que permita su inserción en medios impresos y digitales, señaló Luz María Rangel Alanís, académica de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.
Aunque la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas reconoce a estas lenguas como oficiales desde 2003, y su Artículo 4 les da el mismo valor que el idioma español, se carece de textos en este lenguaje para los 6.6 millones de mexicanos que las hablan.
Parte del problema se explica por la ausencia de caracteres (grafías) para escribir las 68 lenguas indígenas mexicanas -con sus 364 variantes- englobadas dentro de 11 familias lingüísticas: álgica, yuto-nahua, cochimí-yumana, seri, oto-mangue, maya, tarasca, totonaco-tepehua, mixe-zoque, chontal de Oaxaca y huave, explicó la docente del Departamento de Diseño.
Esa falta de reconocimiento de caracteres hace impensable la reproducción de lenguas indígenas en medios de comunicación impresos y digitales, torna imposible su tratamiento informático (poderlas escribir en computadora y difundirlas por internet) y crea una nula compatibilidad entre diferentes plataformas digitales (como smartphones y tablets).
Con el fin de ayudar a preservar las lenguas autóctonas que son patrimonio cultural y lingüístico de México, Rangel Alanís, quien también coordina el programa de Técnico Superior Universitario en Producción Gráfica de la IBERO, propone la creación de una red de investigación, orientada a resolver retos para el bien social de la población indígena dentro de su contexto.
La red propiciaría la escritura, traducción, escucha y fonación de las lenguas indígenas a través del fomento del uso de su escritura, la publicación de textos en el ámbito editorial y digital, la elaboración de material multimedia y la creación de software.
Para facilitar el tratamiento informático para la transmisión y visualización de textos en medios electrónicos y dispositivos móviles, la académica sugiere: diseñar teclados especiales para cada lengua y que se puedan instalar como un software.
La creación de un diccionario digital por lengua, en el que se pueda escribir, traducir y escuchar por síntesis de voz la pronunciación.
El desarrollo de una app de gramática, que explique cómo se debe escribir y cómo se emplean los vocablos en palabras, frases u oraciones. Y la traducción de software a cada lengua.