Redacción/Quadratín Jalisco
GUADALAJARA, Jal., 1 de febrero de 2016.- En la editorial del Semanario Desde la Fe, la Iglesia católica cuestiona la inseguridad que se vive en varios estados, en el caso de Jalisco alerta sobre el número de personas asesinadas y desaparecidas.
«México enfrenta fenómenos delictivos y de violencia que parecen no tener precedentes en su historia contemporánea. Los índices llegan a cuestionar la capacidad de las autoridades de todos los niveles de gobierno, y los hechos sangrientos ya perecen ser comunes, cosas cotidianas que ‘deberían pasar’ en regiones regidas y azotadas por látigos implacables del crimen organizado, a pesar de las cruzadas y programas, estrategias y planes de seguridad que burlan las inversiones económicas y humanas, pretendiendo la tranquilidad», indica el artículo publicado el fin de semana.
«A esto se suman violencias invisibles de enemigos movidos por el espíritu del mal y el dios de la avaricia, protegidos por la impunidad y nutridos de la corrupción. Hay mexicanos desaparecidos, niños, jóvenes y adultos quienes, un día, fueron raptados de sus hogares y, por la incapacidad oficial, los padres y familias de las víctimas asumen lo que procuradores y ministerios públicos ya no pueden hacer. De acuerdo al Alto Comisionado de las Naciones Unidas, entre 2006 y 2014, más de seis mil niños y adolescentes menores de 18 años han desaparecido, sustraídos por bandas y el crimen organizado», sostiene.
«La violencia contra mujeres es rampante y en determinados estados hay focos rojos. En Jalisco, 559 personas fueron privadas de la vida entre 2012 y 2015, aparte de las desapariciones que suman más de dos mil», indica.
Subraya también que Morelos vive alerta de género y en el Estado de México tan sólo en 2014 se registró la desaparición de 400 niñas y adolescentes en los municipios conurbados pobres y violentos de Ecatepec, Ciudad Nezahualcóyotl y Chimalhuacán.
«Cifras oficiales dicen que los homicidios van a la baja, pero la realidad contradice el aparente triunfo. Ni un nuevo gobierno ni planes de desarrollo impiden que la sangre siga corriendo en el Michoacán violento, y sometido por el crimen y la anarquía de inseguridad a causa del vacío de poder», afirma.
«Planes de pacificación contrastan con el agobio de los michoacanos ante lo que parece una sed de sangre sin medida. En lo que va de enero han ocurrido 52 homicidios violentos, y en tres meses, 290 homicidios dolosos. Michoacán sólo vive la paz de los sepulcros».
En el artículo también se menciona que en el estado de Guerrero se padece lo peor, aún después de la pesadilla de los 43 de Iguala. «La entidad corrompida no da golpe certero en cuanto a la disminución de homicidios. Guerrero no es sólo Acapulco, las regiones apartadas están controladas por los carteles delictivos, y los testimonios dan evidencia del horror de muchos cuya defensa y respeto de los derechos humanos es pura buena intención», alertan.
De acuerdo con la editorial, Los Obispos de México mantuvieron informado al Papa Francisco del oscuro panorama.
«Su Santidad estará en lugares violentos, pobres y miserables del país, y los gobernantes no pueden tapar el sol con un dedo». advierte.