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GUADALAJARA, Jal., 23 de junio de 2025.-La Arriera comienza su cabalgata en el cine. El pasado viernes se estrenó esta cinta de la directora Isabel Cristina Fregoso y que sitúa la historia en un Jalisco de 1917.
La trama gira en torno a Emilia, una adolescente que desde su corta edad ha tenido que enfrentarse a grandes retos. Ahora, la misión que emprende es la búsqueda de su padre, en donde el camino no será fácil, pero le ayudará a redescubrirse y aceptarse tal cual como es, sin temor al que dirán.
“Es un viaje a un México de hace 100 años y está color, porque si bien hay películas de época en blanco y negro, creo que el mayor regalo también de La Arriera es que te da todas estas imágenes tan reales a todo color y con una gran fotografía, por eso nos llevamos el Premio a Mejor Fotografía en el Festival de Guadalajara (2024), y es un conjunto de muchas cosas. También tiene música típica, tenemos música de Guty Cárdenas, todos estos acordes a guitarra, la música en vivo, el baile típico, los modismos que se usaban en ese tiempo, la forma de hablar, o sea, es un viaje a un México de época maravilloso”, relata en entrevista para Quadratín Jalisco Andrea Aldana, quien es la protagonista de esta historia.
El hacer una cinta de época no es una tarea sencilla, porque desde que se plantea en el papel se tiene que visualizar muy bien lo que se quiere transmitir, así lo cuenta la directora Isabel Cristina Fregoso.
“El reto fue hacerla de principio a fin. Escribir el guión, porque ese es el primer momento que es súper complicado. Yo creo que ya una vez que pasaste eso, el guion, ya lo otro es complicado, pero no tanto. Y ya luego viene la siguiente complicación, que es en la que estamos ahora, que es el estreno, y esperamos que la gente vaya a verla, irán o irán, ese es el tema”.
“Pero el primer momento es el guión, y lo importante era que sí retratara las cosas que a mí me llaman la atención, me preocupan, como es la identidad, el autodescubrimiento, esta situación que vivimos, o que viven los adolescentes, o que todos hemos vivido en nuestro momento de la adolescencia, y cómo es difícil a veces tomar decisiones libremente, y entonces eso causa cierto dolor, angustia, miedo, y hace falta como mucho valor para poder romper los estereotipos, y eso mismo desde el guion”.
“A veces los guiones también están llenos de estereotipos, de formas de hablar, de conducirse, de los personajes que son los más fáciles, los más comunes, los que incluso se ven digamos en la pantalla, y pues yo traté más o menos de escribir un guión donde eso no fuera un recurso, no fuera mi primer recurso en todo caso”.
El siguiente paso ahora es llevar esta narrativa a locaciones que deben mostrarse como hace 100 años y donde el equipo de trabajo debe sortear los obstáculos que aparezcan en un espacio en el que no están acostumbrados a grabar.
“Luego el rodaje, seis semanas en la montaña, la montaña de la costa, con muchos animales, insectos, entonces un crew que es más de la ciudad, y era complicado al principio cómo lograr la integración en un espacio así desconocido, y pues también se logró. Mi papel es dirigir un trabajo que hacen cada uno, y éramos como 60 personas, y cada uno aporta también su interés, su talento, el beneficio de una historia, que es la que finalmente nos guía a todos”, expone Isabel.
El hacer su primer protagónico en cine y que fuera un personaje como Emilia, que rompe con todos tabúes de una sociedad de 1917, también le ayudó a Andrea Aldana, porque en esa construcción su familia jugó un papel muy importante.
“Fue un viaje también interno, por el que yo tuve que pasar de cuestionarme muchas cosas, y de tener que acercarme a mi madre, y a mi abuela, y tener que tener esas conversaciones que no son tan gratas, porque tocan fibras, ¿no? Pero son temas que yo tenía que saber también, para que me abriera también este otro lado, que quizá yo no sabía acerca de mi familia, y de mi linaje, que también son parte de mí”.
“Entonces fue duro, pero necesario, para entender ciertas cuestiones de la época, y de las mujeres que hubo antes que yo, y bueno, pues el escucharme también mucho, y aceptar que yo también estaba teniendo miedos, que yo también me sentía muy insegura de muchas cosas, porque es mi primera película, y con un papel principal, entonces para mí era como una gran responsabilidad”, comenta.
En este viaje, Emilia no está sola, Caro, su hermana por azares del destino juega un papel muy importante para que la joven protagonista salga a un mundo donde los hombres dominaban. Este personaje fue interpretado por Ale Cosío, quien cuenta sobre su experiencia en La Arriera.
“Trabajar con Caro fue muy, muy bonito, porque incluía los retos de aprender las labores de campo, y también el personaje de una forma funge como apoyo para Emilia, y para que pueda pasar por este viaje, y siento que por fuera también estaba viviendo algo así, porque de repente yo veía a Andrea muy cansada, o viniendo de días muy largos que le tocó a ella filmar y a mí no me tocó, entonces como que de repente en el querer ayudar era nada más estando, y siento que es un poco como lo que hace Caro en la película”.
“Y también algo muy interesante es de la época que le tocó jugar con Caro, entonces también cuando llega este conflicto de Emilia, se quiere ir y la invita, ella decide quedarse a sus labores, a cuidar el rancho, a mantener esto, y decide no dejar todo, aunque quisiera ir con Emilia y quisiera acompañarla y quisiera que le vaya muy bien, ella decide soltar y soltar pues con amor, soltar desde el yo sé que tú quieres esto y te va a ir muy bien, entonces sólo me queda apoyarte por más que quisiera que te quedes, entonces sí fue un trabajo muy bonito de exploración y un trabajo interno que me lo llevó al corazón”, narra Ale.
Para Isabel, Andrea y Ale, el mayor anhelo es que está cinta le deje algo a cada uno de los que decidan ir al cine a ver esta película hecha en Jalisco.
“A mí me gustaría dejar en la gente que vaya a ver la película satisfacción, o sea salir con el gusto de haber visto una buena película, de disfrutar el trabajo creativo, bien realizado, bien hecho, salir con la intención de preguntarse sobre su pasado, sobre sus decisiones, sobre cómo vivieron sus abuelas, su mamá, cómo fue su educación de alguna manera, o sea, como lo que decimos el linaje que viene desde atrás, su árbol genealógico, pero con gusto, así como con placer de indagar, eso me gustaría”, expone Andrea.
Para la directora Isabel “a mí me gustaría que salieran con la inspiración, porque así me sentí yo cuando estuve en la producción, de la importancia que es procurarse a uno mismo y escucharse y que eso no es egoísta, es amor también hacia tu persona y es muy importante”.
Y para finalizar Ale: “me encantaría que la gente se quede con estas ganas de explorar y sin miedo de salir de su zona de confort y que sigan cuestionándose y sigan siendo libres”.