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CIUDAD DE MÉXICO, 15 de septiembre de 2021.- La crisis sanitaria afecta nuestros hábitos, rutina diaria, así como las relaciones sociales y familiares, lo cual hace posible sentir ansiedad, un problema emocional que la humanidad ha experimentado durante la pandemia, en la que hemos vivido cambios y evoluciones que nos han llevado a afrontar de manera distinta los retos, indicó José Alfredo Contreras Valdez, investigador de la Facultad de Psicología (FP).
El regreso a las aulas de manera presencial de los estudiantes de educación básica, también genera en los padres de familia una especie de confusión y ansiedad ante la indecisión de si llevar o no a sus hijos a las escuelas, detalló.
En su charla Recomendaciones para el manejo de la ansiedad durante la pandemia, organizada por la FP, José Alfredo Contreras manifestó que en esta fase de la pandemia que se vive en el país, es necesario abordar de manera clínica aquellos procesos de ansiedad que se vuelven un trastorno, es decir la ansiedad y preocupación excesivas difíciles de controlar y que interfieren en la vida diaria.
Expuso que la principal característica de la ansiedad es una combinación de preocupación y miedo, constante y excesiva, es decir un malestar entre lo que estoy pensando y sintiendo, acompañado de respuestas fisiológicas comunes como taquicardia, dificultad en la respiración, sudoración, sensación de ahogo, falta de aire, bochornos o escalofríos, entre otros.
Este malestar repercute directamente en diferentes contextos en los que se desenvuelven los individuos, es decir en las esferas familiar, educativa, profesional, laboral, relaciones interpersonales, metas individuales, etcétera.
La ansiedad puede manifestarse como una respuesta esperada en una persona o un grupo de personas cuyos proyectos y rutinas diarias se han visto afectados por la pandemia, y lo peor de todo es que es incierto el futuro, porque no sabemos si la pandemia terminará pronto o no.
Dijo que en cada una de las personas la reacción afectiva proporcional a la situación es diferente y experimentar malestar, preocupación e inquietud no es algo completamente normal.
La ansiedad puede entenderse como una reacción ante una situación como la que estamos viviendo y se caracteriza por preocupación y miedo. Sin embargo, aclaró, hay que diferenciar cuando se trata de una respuesta esperada a una eventualidad y cuando se convierte en un problema patológico.
En el primer caso, la mayoría puede presentarlo, la intensidad de esta reacción no es incapacitante y no causa un deterioro significativo, ya que después de algún momento, la persona lograría regresar a su estado de equilibrio y retomar sus actividades.
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