
Invertirían canadienses en tecnología para la agroindustria de Jalisco
ZAPOPAN, Jal; 03 de noviembre de 2021.- “¡Bara, bara! Lleve la pluma, la carpeta, el cubrebocas 2 por 10, 2 por 10. Llévese la sombrilla de a 30, de a 30 y 50”. Estos son solo algunos de los gritos de los vendedores que merodean en las largas filas de personas que se forman para recibir la vacuna contra Covid 19 en el Auditorio Benito Juárez, habilitado como uno de los Macro Módulos.
Si bien estos dedicados a las ventas han aprovechado que cientos de personas acuden a este sitio para recibir el biológico que los protegerá contra la enfermedad, la actividad comercial se ha incrementado exponencialmente con el paso de las semanas.
Y es que la cosa no para ahí; ahora los vendedores de a pie también traen hasta juguetes, llaveros y carteras para ofrecer a precios módicos, sin que quede fuera la botella de agua, lechuguilla o suero oral.
Si hasta hace dos años, cuando las Fiestas de Octubre se realizaban en este sitio, los franeleros o “viene, viene” podrían resultar un dolor de cabeza para algunos y la solución a los problemas de estacionamiento para otros, ahora la historia es la misma, solo que sin fiesta.
Las cocheras y espacios en la calle se rentan hasta en 80 pesos que muchos pagan porque las opciones no son muchas y urge llegar a tiempo a la cita. Además de que en decenas de casas habitación se han instalado tienditas donde se renta el sanitario y hasta el servicio de internet e impresora por si se olvidó alguno de los documentos solicitados por la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ).
Para los vecinos del Auditorio Benito Juárez la vacunación Covid representa una gran oportunidad para apoyar su economía familiar, dado que las casas también se han transformado en pequeños restaurantes improvisados.
Pero hasta este punto no solo los avecindados son quienes están haciendo su agosto, sino que ahora se instalaron decenas de puestos callejeros en los que se pueden encontrar desde fruta, pan, refrescos, café, taquitos, lonches, jericallas, pastelitos, papas, churritos y cuanta cosa se le pueda ocurrir o antojar para antes o después de la vacuna.
Algunos de los vecinos incluso han adquirido equipos de sonido para anunciar su vendimia. El ambiente es de fiesta; las inmediaciones de este centro de exposiciones se han transformado en una verbena popular. La música, los gritos de los franeleros y los puestos de antojitos ponen el ambiente para hacer más llevadera la espera o bajar el nerviosismo de los primerizos.
De manera que si usted es una de las personas que aún no se ha vacunado y que está citado en el Benito Juárez, prepárese para encontrar un ambiente muy similar al que se vivía cada octubre por esta zona, solo que sin control alguno y en el que la imaginación es el límite para la obtención de recursos extra que contribuyan a mejorar la tan golpeada economía de las familias como otra lamentable consecuencia de la pandemia.