Redacción/Quadratín Jalisco
GUADALAJARA, Jal., 30 de marzo de 2016.- A casi tres semanas de la reapertura del mercado Ramón Corona, son varios los locales que permanecen con las cortinas abajo, mientras que otros tantos continúan con las reparaciones y trabajos de acondicionamiento.
En recorrido hecho por Quadratín Jalisco, se observó que alrededor del 50 por ciento de los locatarios operan de manera habitual, en su mayoría quienes comercian con ropa, los hierberos, los vendedores de amuletos y artilugios de santería, así como los floristas.
Mientras que las personas que viven de la venta de mochilas, comida preparada, frutas y verduras, carnicerías, lácteos y artículos de decoración se pueden ver en menor medida.
Por otro lado, el número de visitantes al nuevo inmueble va en aumento, sobre todo el fin de semana pasado cuando fue inaugurada la plazoleta al exterior del mercado. Alejandra, quien ha visitado el Corona en dos ocasiones desde la reapertura, lo calificó como “un trabajo el que hicieron con los locales, pero hay que estar de un lado para otro porque están revueltos los tipos de productos que ofrecen”.
A su vez, el encargado de la hierbería Dany, reconoció que “tenía mejores ganancias cuando estaba ubicado en el andador de Santa Mónica e Independencia”, frente a la preparatoria número uno de la Universidad de Guadalajara, aunque señaló que “es muy pronto para decir que le va mal en el nuevo mercado”, al tiempo que despechaba a tres diferentes clientes que llegaron por algún tipo de hoja para preparar un té.
Agregó que vende alrededor de 300 a 400 pesos al día, “pero también hay que esperar a que las personas ubiquen en donde quedamos para que vuelva a agarrar fuerza”, expresó el vendedor.
Lo que sigue siendo un desconcierto para los locatarios es el costo del mantenimiento que tendrán que aportar a partir de 2017, acordado en 550 pesos, de acuerdo con Javier Herrera, administrador general del mercado, para el pago de la seguridad privada y el consumo de energía de las cuatro escaleras eléctricas con las que cuenta. Varios comerciantes han señalado en distintas ocasiones que es injusto que se cobre la misma cantidad a todos, ya que las dimensiones de cada espacio son diferentes.
Durante el tiempo en el que se recorrió el inmueble, la escalera automática que lleva a las personas del tercer al segundo piso estuvo fuera de servicio, por lo que niñas y niños, adultos mayores, mujeres con niños en brazos, embarazadas y quienes habían adquirido algún tipo de producto en el nivel superior, tuvieron que hacer el descenso por su propio pie.