TOLUCA, Edomex, domingo 8 de enero del 2017.- Durante el primer partido de los Diablos Rojos del Toluca en el Torneo de Clausura de la Liga MX contra los Zorros del Atlas, en el estadio Alberto “Chivo” Córdoba de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), se registraron varios conatos de bronca en la tribuna, que hicieron por momentos olvidarse del cotejo en la cancha.
Pese a que el encuentro fue un partido muy discutido por ambas escuadras, la nutrida afición tapatía, que viajó desde Guadalajara para apoyar al Atlas, fueron víctimas de las provocaciones de la hinchada toluqueña, logrando que la policía municipal y refuerzos de la Comisión Estatal de Seguridad Ciudadana (CES) trataran de cubrir el perímetro para salvaguardar la integridad de las familias que se dieron cita para disfrutar un domingo futbolístico, sin lograrlo del todo.
Muchos de los seguidores del Toluca, en evidente estado inconveniente, se paseaban frente a la porra de los “Zorros” del Atlas para burlarse de que su equipo estaba arriba en anotaciones, incitando a la violencia. Los sentidos atlistas no pudieron contenerse y se registró el primer conato de bronca cuando el Toluca ganaba 3 goles a 1, en el segundo tiempo.
La policía no pudo contener otros dos conatos en la parte alta del estadio universitario, el cual por cierto no cuenta con las garantías para un encuentro de mayor envergadura, como Pumas y América, cuyas porras son mucho más aguerridas, y al no haber divisiones para que cada afición tenga su trinchera, se convierte el inmueble en un campo de batalla.
Tocó a este interlocutor ver cómo un seguidor del Atlas terminó con una conmoción, debido a un aventón que lo dejó noqueado en las gradas de cemento durante el primer conato de bronca. Los servicios de emergencia llegaron tarde, los paramédicos no pudieron dar reporte alguno sobre la situación del joven afectado y la policía tuvo que actuar con mayor severidad, hasta controlar la furia de los aficionados atlistas.
Lo que parecía un cotejo de futbol soccer con civilidad, se convirtió en un partido con más presencia policiaca de lo habitual, mismos que no permitían apreciar el partido como debía. El partido terminó con la victoria de los Diablos Rojos por 4 a 1.
Para fortuna de los aficionados de ambos equipos, la policía logró controlar la situación a las afueras del estadio, gracias a un operativo implementado por los tres niveles de gobierno.