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CIUDAD DE MÉXICO, 8 de septiembre de 2018.- La tenista japonesa Naomi Osaka, vigésima cabeza de serie, venció este sábado en la final femenina del Abierto de Estados Unidos a la local Serena Williams, decimoséptima favorita y que acabó desquiciada, por 6-2 y 6-4, y se proclamó campeona del último torneo de Grand Slam de la temporada.
El triunfo de Osaka, de 20 años, la convierte en la primera tenista japonesa que logra un título de Grand Slam, y deja su marca en 2-0 en los enfrentamientos que ha tenido con la mejor tenista del mundo.
La nueva campeona se lleva un premio en metálico de 3 millones 800 mil dólares, mientras que la finalista ganó 1 millón 850 mil dólares.
El duelo de generaciones entre Osaka, la joven ídolo de Williams, de 36 años, a la que admira e imita en su estilo de tenis físico y de poder desde el fondo de la pista, esta vez dejó a la alumna como la gran vencedora con un tenis impecable durante la apenas hora y 19 minutos que duró la acción en la pista central Arthur Ashe Stadium.
Osaka, que ya había ganado a Williams, en la primera ronda del pasado Masters 1000 de Miami, la superó de nuevo en todas las facetas del juego, con un saque consistente, un resto impecable que le permitió hacerle cuatro quiebres en cinco oportunidades, por apenas uno que cedió en las seis que tuvo la exnúmero uno del mundo.
El dominio completo de Osaka hizo que Serena perdiese por completo el control y las maneras de educación y deportivas en la pista al enfrentarse abiertamente con el árbitro del partido Carlos Ramos, al que llamó «ladrón y mentiroso».
Serena fue amonestada por Ramos que le acusó de que su entrenador Patrick Mouratoglou le había ayudado desde el box y le quitaron un juego en el segundo set.
Ramos le sancionó con un ‘warning’ por supuestamente haber recibido un consejo de su entrenador Patrick Mouratoglou, que estaba sentado en el box de la estadounidense. Esa acción podría ser considera coaching y conlleva sanción.
La pérdida del punto, hizo que Serena estallase contra el juez: «Me levantó el pulgar y me dijo: ¡Vamos! Yo no hago trampas para ganar. Preferiría perder. Sólo te lo digo. Me has robado, me debes una disculpa nunca hice trampas en mi vida, tengo una hija y sólo hago lo que es correcto. Eres un ladrón y un mentiroso. Me debes una disculpa».
Tras ese duro intercambio de palabras, Serena recibió otra amonestación por parte de Ramos y le quitó un juego, que dejó el marcador del segundo set en 5-3. «¿Me vas a quitar esto porque soy una mujer?», reclamaba Williams.
El castigo fue decisivo para que el partido acabase del lado de Osaka, que se convierte en la nueva reina del Abierto de Estados Unidos y Williams se queda sin el séptimo título en Flushing Meadows y el vigésimo cuarto de Grand Slam, con el que esperaba empatar a la mejor de todos los tiempos la legendaria australiana Margaret Court.