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¡León sigue invicto! empató a 3 goles con Toluca
GUADALAJARA, Jal,. 08 de julio de 2020.- La nadadora jalisciense Nuria Diosdado es la mejor exponente del Nado sincronizado en México y como tal, ya se traza objetivos a largo plazo: uno de ellos es que en los próximos Juegos Olímpicos de Tokio, el nombre de México retumbe en las instancias finales, aún y cuando la competencia sea muy reñida con otras naciones.
“Si voy a unos terceros Juegos Olímpicos, obviamente no espero bajar el lugar que ya llevo, lo que quiero es mantener este lugar, quiero mantener a México dentro de la final Olímpica: no está fácil han ya que han entrado nuevos países, jóvenes que tienen muchas aptitudes, pero nosotros tenemos mucha experiencia, lo que quiero es mejoras ese 11vo lugar y un sueño para mi sería entrar a un Top Ten Olímpico”, manifestó en entrevista para el Code Jalisco.
La noticia de la postergación de Tokio a causa del Covid 19, le cayó como balde de agua helada, pues aunque estaba preparándose mentalmente para unos meses, el hecho de que se haya recorrido tanto tiempo fue algo que le costó asimilar; sin embargo, ya lo toma por el lado positivo.
“Según yo estaba preparada para una postergación, pero no para una postergación de un año y en el momento cuando se me da la noticia, pues sí me vine abajo como cinco horas, de que pedí que nadie me hable, déjenme como que procesarlo pero, con este tiempo que ha pasado he visto cosas muy buenas. Tendré más tiempo para prepararme, ha sido de mucha enseñanza. La resiliencia es uno de los valores que he puesto a trabajar muy duro”, reveló.
La nadadora artística tenía mucho tiempo fuera de su ciudad natal, por lo que ahora en este tiempo de encierro disfruta cada momento al lado de los suyos, por lo que ya se mentaliza en llegar de lo mejor a la siguiente justa.
“Me siento contenta de estar en Guadalajara.Tenía 15 años de no estar aquí y ahora pues disfrutando los aires de mi casa, a mi familia y le doy gracias a la vida por esta nueva oportunidad, aunque ha sido dura sé que voy a llegar completa y lista a los próximos juegos”, sostuvo.
Sobre el proceso que ha vivido con diferentes compañeras ya que ella es la única que ha tenido una continuidad, Nuria se mostró humilde al señalar que ha aprendido de todas ellas, tanto en lo personal como en lo deportivo.
“He aprendido mucho, me ha tocado la oportunidad de liderar a las parejas y tanto guié a Karen para Río como en este caso estoy guiando a mi compañera Joanna que son su primeros Juegos Olímpicos. El hecho de tener con cada duetista un ciclo de aprendizaje y de que hayamos podido conseguir los objetivos es con base a conocer a la persona, darme la oportunidad de conocer a la persona que me han enseñado a ser la persona que soy e incluso cuestiones técnicas, creo eso ha sido la clave”, indicó.
“Lo más trabajo que me ha costado es la disciplina en cuánto a que estoy acostumbrada a tener un horario de entrenamiento, de entrada y salida. Tengo gente que me está vigilando mis entradas, el fisiatra, nutriólogo y aquí al final todo depende de uno. Darme cuenta que soy capaz como de levantarme y hacer mi rutina de entrenamiento o también de agradecer a la gente, porque me ha costado ser constante en esta cuarentena”.
La deportista recordó el duro golpe que le dio la vida apenas a los 19 años en los Juegos Olímpicos de Mayagüez, competencia en la que arrasó con 11 medallas de las cuáles perdió seis por arrojar positivo por clembuterol, un accidente que le dejó una gran lección.
“Fue muy duro porque me hizo forjarme como mujer y como atleta. Maduré de la noche a la mañana, la vida me dio un golpe. Tenía 19 años acababa de ser la reina de los Juegos Centroamericanos, siete medallas de oro: llegué a México, entrevista tras entrevista, en mi vida me habían entrevistado tanto, nunca había sido portada de periódicos, entonces, como que estaba en una nube y cuando me notifican, fue como si me hubiera caído de una plataforma de 10 metros sin caer en el agua, sino en el piso. Fue un medicamento que me tomé, no pregunté. Aprendí muchísimo”, recordó la dueña de las aguas.
A pesar de no obtener medalla, la revancha para la seleccionada nacional de Natación Artística llegó en los Panamericanos del 2011 en Guadalajara, algo que valora mucho por lo acontecido anteriormente.
“Fue un regalo muy grande, inclusive mi sentencia, por así llamarlo era del 8 de septiembre del 2010, al 8 de septiembre del 2011 y el último día de inscripción a esos Panamericanos era el 18 de septiembre. Todo se acomodó, le recé a Dios y todos los santos para que me dejaran competir. Llego a Guadalajara con la preocupación si me iban a dejar participar o no y me acuerdo perfecto que antes de competir, se acerca el Subdirector de la Conade, Alejandro Cárdenas y me dice: ‘Acabamos de recbir la llamada, no va haber ningún problema, dalo todo porque vas a estar en Juegos Olímpicos’. Más allá de que fue en casa, fue una competencia que disfruté mucho a nivel personal, porque me liberaba de un peso muy grande”, rememoró Nuria.