En Leones Negros se exige con el ejemplo

GUADALAJARA, Jal., 9 de marzo de 2021.- Leones Negros quiere salir de la mala situación en la que se encuentro. El cuadro universitario es último lugar de la Liga de Expansión y necesita de todos para abandonar pronto ese puesto. La exigencia es alta y se hace con el ejemplo.

El portero Salim Hernández es contundente en su explicación: “Yo no puedo exigir a alguien que se parta la madre si yo no me la parto por el equipo”.

“Siempre el mejor cambio que puedes hacer en el mundo es dentro de ti mismo. Yo no puedo querer contagiar si yo mismo no estoy bien. Uno siempre lidera y educa con el ejemplo. De mi parte, busco dar lo mejor de mí en cada acción y contagiar a las personas que están a mi alrededor, yo no voy a exigir que alguien más corra cuando yo no corro. Yo no voy a exigir que alguien empiece a partirse la madre, cuando yo no me la parto por el equipo”, detalló este martes el guardameta universitario.

“De esa manera yo he visto desde Romario o Palermo que empiezan a contagiar de esa manera. Ellos educan con el ejemplo, ellos exigen con el ejemplo. Es la mejor manera de contagiar y es lo que se está haciendo ahorita. Si yo corro, también tienes que correr, porque yo estoy corriendo más por ti y tú también tienes que correr por mí. Así se va contagiando. Obviamente también se contagia lo malo y eso lo hemos dejado atrás, a lo mejor de reclamos, de que se pierden pelotas y te quedas parado. Eso ya se está corrigiendo, pero se trata de contagiar con la actitud que cada uno lleva adentro”, añadió.

Sabe que la obligación es alta, porque Leones Negros tiene un pasado importante. “La historia del club es muy grande, si te vas atrás, desde el Capi Dávalos son jugadores de cantera y si ellos pudieron, nosotros también. Es un proceso que nos está costando, pero al final llegará el resultado, para que al final te acuerdes de que hiciste a lo mejor un mal torneo, pero al siguiente ya tuviste la experiencia. Cada partido es una experiencia nueva que nos ha ayudado a fortalecer y a quitarnos ese miedo de que sí se pueden hacer las cosas. Y no te vayas muy lejos con el Vikingo, vete con Padilla, el Pipe, el Güero, el Chimpa, no brillaban al principio, se fueron formando y ahora están donde están por esa oportunidad que se les dio y por la experiencia que se adquirió durante ese tiempo”, sentenció Salim Hernández.

Finalmente, confió en que los aficionados de Leones Negros comprenderán el proceso que ahora mismo vive el club para desarrollar talentos surgidos de cantera.

“Hay mucha gente que me ha tocado en mi entorno que a veces te dicen que no puedes, que no vales, que no lo haces bien, para qué estás ahí. Son comentarios o malos consejos que te hacen crecer, quieras o no. Es algo negativo que conviertes en positivo y es cuando empiezas, con tus acciones, a ver que sí puedes, que estás ahí por algo. La mejor forma de nosotros hacer las cosas bien es seguir trabajando, seguir esperando resultados que nosotros mismos vamos a crear en la cancha. El aficionado siempre va a estar contento cuando el equipo gane. Los verdaderos aficionados van a estar todavía más cuando no ganemos, pero no van a estar infelices”, aseveró.

“El verdadero aficionado está en las buenas y en las malas. Es algo que comparto porque yo también fui aficionado. Obviamente me encantaba ver que Leones Negros ganara y cuando no ganábamos sí estabas preocupado, sí estabas como qué está pasando, pero es parte del futbol, de la pasión. También fui aficionado, me pongo en el lugar y obviamente esperas que el jugador se mate dentro de la cancha. La otra vez en el partido contra Tapatío, me quito la camisa y estaba sudada a más no poder, entonces me quedé con eso, así tenemos que terminar todos los partidos, con la camisa sudada a tope, donde lo que pese no sean las piedras sino la camisa de tanto sudor. Eso es lo que espera el aficionado. De nuestra parte no hemos dejado de trabajar, de luchar. Se van a dar los resultados y la mejor forma de darle un buen panorama al aficionado es haciéndolo dentro del campo, buscar ganar”, concluyó Salim Hernández.