Chivas tiene saldo negativo en Liguillas contra Toluca
GUADALAJARA, Jal., 17 de enero de 2021.- Barcelona estaba a segundos del título y todo cambió de forma dramática. En la agonía de la gran Final, recibió el gol que obligó a los tiempos extra. Y en el agregado, Iñaki Williams marcó el 3-2 definitivo que le dio al Athletic de Bilbao la Supercopa de España y dejó al cuadro que dirige el holandés Ronald Koeman con las manos llenas de fracaso.
En los primeros minutos, los Leones presionaron con intensidad al conjunto azulgrana y, contra los pronósticos de muchos, por momentos lograron quitarle la pelota.
Sin embargo, para ambos conjuntos fue complicado generar oportunidades claras en el arranque de este duelo por el título, en el Estadio La Cartuja de Sevilla.
La emoción por fin llegó al encuentro hasta el minuto 25. La jugada progresó por el costado izquierdo, desde donde nació el centro pasado a segundo poste. Ander Capa controló y sacó un disparo potente. Voló el arquero el alemán Marc-André Ter Stegen y con un manotazo desvió a tiro de esquina, para salvar al Barcelona.
El cuadro azulgrana despertó, cómo era de esperarse, de la mano de Lionel Messi. El argentino probó desde afuera del área, ante la imposibilidad de encontrar espacios claros.
El zurdazo fue potente, se abrió con peligrosidad y pasó apenas descuido del arco, al ‘36. Era el primer aviso de que podían hacer daño.
Tres minutos más tarde, de nuevo el genio de Messi: encontró un espacio para filtrar la pelota a Jordi Alba por izquierda. Entró como flecha al área y puso la pelota al centro donde el astro argentino, quien remató al arco.
La defensa tapó el primer disparo, pero el rebote le quedó al francés Antoine Griezmann quien pateó la redonda directo a las redes para el 1-0 azulgrana.
Pero la alegría del cuadro catalán duró muy poco. Iñaki Williams apareció con una genialidad: puso una pelota elevada al área, a la espalda de la defensa. Oscar de Marcos llego exacto a la cita y chocó la pelota para enviarla al fondo de las redes. Los Leones celebraron el 1-1 antes del descanso, al minuto 41.
Ya en la segunda parte, Iker Muniain cobró un tiro libre por el costado izquierdo, el centro viajó al corazón del área donde Raúl García se levantó, ganó de cabeza y colocó su remate en las redes.
El gol se revisó en el VAR, por posible fuera de lugar y finalmente se anuló la acción que ponía en ventaja al Athletic de Bilbao, al ‘56.
Más tarde, una pared rompió a la ordenada defensa de los Leones y permitió a Jordi Alba llegar a fondo por el costado izquierdo.
Metió un servicio raso para el francés Antoine Griezmann, quien remató de primera intención y la mandó al fondo de las redes para el 2-1 del cuadro catalán, al minuto 76.
El tiempo transcurrió y el Barcelona tenía el título en las manos. Pero al minuto 89, cobró de nuevo un tiro libre, esta vez por el costado derecho.
Otra vez, la pelota fue a la espalda de la zaga catalana y Asier Villalibre llegó para estirar la pierna izquierda y empujar el agónico 2-2.m que obligaba a los tiempos extra.
En el arranque del agregado, tras el empate en 90 minutos, Iñaki Williams se convirtió en el genio que definió el título. Recibió dentro del área, controló, se acomodó hacia el centro y desde la línea del área grande metió un zapatazo extraordinario de pierna derecha. La pelota fue al ángulo más lejano y pegó en el poste antes de mover las redes para el 3-2 del Athletic de Bilbao. Golazo espectacular al minuto 93.
El 3-2 que puso a los azulgranas contra las cuerdas.
En el segundo tiempo extra, Barcelona tuvo la oportunidad de igualar, pero la volea de Antoine Griezmann, al ‘110, salió desviada.
La desesperación catalana se reflejó en Lionel Messi, quien perdió la cabeza y metió un golpe a la nuca de Asier Villalibre. El árbitro no se percató, pero el VAR revisó la acción y el argentino se fue expulsado.
El silbatazo final desató la algarabía total por parte de los Leones del Athletic de Bilbao, que se quedaron con la Supercopa de España.
Para el Barcelona de Ronald Koeman, un fracaso inobjetable, pues el trofeo se le ha escapado, cuando estaba a segundos de conquistarlo.