![](https://jalisco.quadratin.com.mx/www/wp-content/uploads/2025/01/Inauguracion-107x70.jpeg)
Llega a Universidad Autónoma de Guadalajara la exposición The Mystery Man
CIUDAD DE MÉXICO., 11 de agosto de 2018.-Los códigos sociales son la primer condición en la vida social de un pueblo, permite reconocer la identidad de quienes la conforman y matiza el coexistir de los diversos grupos sociales que la habitan, moda, juegos, arte, ritos, protocolos y tatuajes; forman parte de estos; Por años estos últimos han sido mal visto y criticados y en ocasiones objeto discriminación, al grado de llamarlos criminales por el simple hecho de tener una marca en el cuerpo.
Aunque no se sabe cuando realmente fueron creados los tatuajes, estos datan desde hace más de cinco mil años, pero se dieron a conocer cuando descubrieron a la raza Samoana, quienes tenían la mayor parte de su cuerpo tatuado y los llamaban “tatau”.
A lo largo de la historia, diferentes razas han utilizado los tatuajes para identificar a un guerrero de batallas, de manera estética, por cuestiones religiosas y en algunas otras, como símbolos de pertenencia, aunque en la actualidad, no se les ha dado el significado adecuado, al realizarlos con fines ajenos al entorno social, tales como moda (producto del consumismo, imposiciones sociales o como fuentes de ingreso, como una respuesta al desemplo).
Sin embargo este signo tiene dos efectos de polos opuestos, atraer o repeler, creando así fricciones, en una sociedad hostil.
En México a pesar de existir campañas creadas por la Secretaría de Salud y el fotógrafo Oscar Quetglas, para evitar la discriminación por la portación de tatuajes, éstas no han sido determinantes.
Mientras grupos sociales, marginales o no, sigan siendo estereotipados bajo el cliché de “vándalos”.
Cabe decir que en el ámbito laboral, tan solo 500 personas que se entrevistan, el 65 por ciento de ellos son rechazados (cifras de OCC Mundial).
La encuesta realizada por OCCMundial, agrega que las principales razones para no contratar a personas con tatuajes o piercings, responde a que las especificaciones para el puesto de trabajo, no son acordes con los patrones institucionales de la empresa (52 por ciento), que su apariencia es poco profesional (21 por ciento), que la decisión es parte de las políticas organizacionales (11 por ciento) y que su “pinta” transmite rebeldía (10 por ciento).
Sin embargo, ante estas alarmantes cifras de discriminación, el índice de sujetos tatuados, ha aumentado considerablemente, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
En el 2008 solo el ocho por ciento de la población contaba con un tatuaje y hasta el primer semestre del 2017, ya son un poco más del 20 por ciento de ellos (sin considerar las partes íntimas que eligen determinados sectores de la población para tales efectos-particularmente en jóvenes-, lo cual amerita otro tipo de reflexiones).
Expertos han indicado que una posible variante de que las personas con tatuajes se haya incrementado, se debe a que se está viviendo una época más abierta que en las anteriores, donde casi todo era satanizado, además los jóvenes observan a sus ídolos tanto del deporte o musicales y muchos los quieren imitar, al tratar de llevar un tatuaje semejante como signo de identidad y pertenencia.
Por tal motivo y en entrevista con Mr. Cochete Tattoo, tatuador de profesión indica que el tatuaje no es algo más que crear arte y recuerdos en el cuerpo de una persona que lo único que desea es mantener vivo el recuerdo de vida que llevarán.
“Yo veo a mis clientes muchos hacen esto por moda, pero en su mayor parte las personas que se tatúan lo realizan debido a que tiene un significado especial para ellos; como algo significativo de su familia, amigos, mascotas e incluso artistas que han marcado su vida e incluso han impedido tomen una mala desición”, comentó Cochete que a su vez también ha recibido distintas formas de discriminación por tener gran parte de su cuerpo tatuada.
Cochete enfatiza que en pleno siglo 21, las personas que aún crean un ambiente hostil para la gente tatuada se debe a una mente cerrada con miedo a explorar lo nuevo que ofrece la vida a diario, mencionó que en la actualidad es más común ver a personas tatuadas o perforadas que anteriormente por lo que ve difícil como aún mantienen esa mente cerrada.
Además agregó deberían de existir leyes más severas contra la discriminación de personas tatuadas, a la par de crear mayores verificaciones de salud y sanidad a los estudios de tatuajes del país, para así evitar enfermedades e incluso perdidas de extremidades.
Mitos y realidades Los tatuajes a lo largo de la historia han contado con demasiados mitos negativos, haciendo que con esto crezcan lo prejuicios de estos y sean menos aceptados, uno de los mitos más comunes, es cuando la gente cree que una vez tatuado, no se podrá donar sangre jamás, debido a que queda contaminada lo cual es falso, ya que los tatuajes como tal son una herida, por lo que se debe esperar que se pase el proceso de cicatrización y recuperar nuevamente de las defensas que se pierden, debido a que el proceso es semejante a un resfriado, mismo que requiere de un lapso de entre seis y 12 meses, para previo examen clínico, poder volver a ser donante.
Otro mito similar al anterior es la negativa de poderse realizar una resonancia magnética, siendo esta también falso, gracias a que las tintas actuales, no cuentan con ningún tipo de metal en sus propiedades, cosa que no era así hace dos décadas, cuando en efecto sí estaba prohibido someterse a un proceso semejante.
Por el contrario, dentro de las realidades de los tatuajes, se tiene prohibido practicarlo en mujeres embarazadas, ya que, aunque hay un riesgo mínimo, los bebes pudieran adquirir alguna enfermedad que pudiera poner en riesgo su vida, así mismo se recomienda no realizarlo en la zona lumbar, ya que no se puede utilizar anestesia epidural, si la punción es profunda y contundente en la zona.
También los tatuadores tienen prohibido realizarlos en personas con diabetes o cicatrización queloide, ya que el proceso de cicatrización de estas personas es más duradero e inclusive pueden no hacerlo de manera correcta, arriesgando la salud de sus clientes.