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GUADALAJARA, Jal., 4 de Julio de 2020. Se realizó la transmisión virtual de la obra La Enamorada con Julieta Venegas, en una grabación de gran calidad y donde la cantante está sola en el escenario mirando al público, buscando su mirada, su complicidad.
Su personaje de una mujer deseosa de contarles a los suyos situaciones que la constituyen, es la que toma la palabra en esta ceremonia íntima y catártica que transita diferentes espesuras que esta mujer va zurciendo con la maestría de lo simple.
En escena se puede ver a Julieta, la hermana menor de 14 hermanos cuya madre y cuyo hermano preferido ya murieron, atraviesa un momento de su vida, o quizá un momento de su despedida de la vida, que necesita redefinir las cosas que parecían definidas.
Lo que era ya no es o está en duda, o en un estado de un balbuceo regido por íntimas necesidades y urgencias.
En escena todo fluye en el cuerpo de esta intérprete tan frágil como potente como la misma mujer creada por Santiago Loza en medio de una cuidada dirección actoral.
Tenues matices coreográficos, la delicadeza de un vestuario de un aire de los cincuenta y la música compuesta por Julieta.
El trabajo visual, basado en retroproyecciones, tiene momentos iniciales sumamente logrados que luego, en su reiteración, puede ser que vayan perdiendo potencia.
Julieta Venegas enamora, conmueve por su entrega, por su dominio de la escena de una mujer dispuesta a tomar la palabra y quien todo el tiempo busca la complicidad, la empatía del público y termina logrando que esas confesiones atraviesen los cuerpos de los escuchas de esta ceremonia íntima, catártica, confesional y atrapante.
Todo para al final darnos cuenta de que esa mujer que narra no es la enamorada sino quien va enamorándonos de a poco con el transcurso de la obra, la que va despojándonos de todos los prejuicios para dejarnos tendidos frente a ella.