METEPEC., 6 de junio de 2017.- Fe, religión y fiesta se mezclaron en este lugar.

El motivo: el festejo de San Isidro Labrador, el santo de las lluvias.

Miles de feligreses abarrotaron las calles principales de Metepec para dar paso el Paseo de la Agricultura, también conocido como El Paseo de las Locas.

Decenas de carros alegóricos, cientos de participantes dieron vida al evento multicolor.

Metepec se convirtió en una verdadera verbena popular.

La vendimia se dio todo.

Elotes, tlacoyos, quesadillas, tacos de canasta, carnitas, pozole, tlaxcales, fruta, aguas frescas, dieron el toque gastronómico al paseo.

Música, mucha música alentó a los hombres, que vestidos de mujer, no cesaban de danzar, de rendir tributo al santo.

Una escalada de cohetones anunciaban el paso de la caravana, mientras sus integrantes repartían frutas, pan, dulces, frituras.

Según narró un viejo vecino, la festividad tiene más de 50 años.

Según las crónicas de esos tiempos, los hombre de Metepec se disfrazaron de mujeres para detener a delincuentes que se dedicaba a violentar a las mujeres del lugar cuando estás les llevaban de comer a los jornaleros.

Hoy, los habitantes de este lugar han hecho del festejo algo emblemático, quizá el más importante de Metepec.

Parte de la tradición, también evoca el agradecimiento de los hombres del campo por las cosechas pasadas y las venideras; por las lluvias, que según ellos, las provoca el santo patrono.

El paseo es muestra de generosidad, de la humildad de este pueblo, de la fe en el temporal.