“Es un proyecto que iniciamos hace poco más de un año, así un grupo de reporteros nos juntamos para hablar sobre lo sucedido en Ayotzinapa y comenzamos a platicar sobre qué más podíamos contar con mayor profundidad sobre las investigaciones, de la problemática de los padres, el enfrentamiento mediático con Jesús Murillo Karam, etc., y nos dimos cuenta de que no había suficiente información, sino cosas raras, incluso hasta los nombres de algunos desparecidos estaban mal, había que precisar y planeamos un proyecto para darle rostro a estos jóvenes”, explicó la periodista Melisa del Pozo.
De acuerdo a información de un comunicado, bajo el sello editorial Proceso y con prólogo del periodista Héctor de Mauleón, el libro revela la estremecedora historia de 43 jóvenes desde su vida cotidiana al retratar su día a día donde se iba trazando un capítulo de su vida. Según señala Melisa del Pozo, integrante del colectivo, “el objetivo fue contar con periodistas, tanto de la Ciudad de México como del estado de Guerrero para contextualizar mejor el libro”.
“Darle un rostro digno a los muchachos, platicar sobre qué les gustaba, cuáles eran sus historias de vida, por qué decidieron ir a Ayotzinapa y qué situación o cuestión de la vida los puso en ese momento y en esos camiones rumbo a esta tragedia. Empezaron a fluir las ideas respecto a integrar a otros reporteros, fotógrafos, editores, para de unificar nuestro gremio, una tarea nada fácil porque muchos tuvimos que sacrificar días de descanso o fines de semana”.
Melisa del Pozo detalla que la experiencia fue conmovedora y de mucho aprendizaje puesto que al converger diversas plumas se obtuvo una mayor calidad y pulcritud en los textos, sin vicios ni tendencias, lo que garantizó la parcialidad del contenido.
Para la realización de las investigaciones, dividas por municipios y distribuidas al azar entre los 43 reporteros, se estableció un protocolo de seguridad para salvaguardar la vida de los mismos.
“De tal forma que al sortear los casos y las ubicaciones, los reporteros se comprometieron a establecer contacto con las familias, amigos, vecinos, maestros, compañeros, novias, en fin, con cualquier persona que los hubiese conocido.
“Dentro del colectivo hicimos un grupo pequeño para monitorear a los reporteros en campo, en busca de hacer el trabajo lo más seguro posible, sin poner en riesgo a ninguno de los compañeros ni la tarea de nadie y el resultado fue mostrar una historia como reflejo de la problemática de las regiones de Guerrero y, a mayor escala, de lo que sucede en el estado“.
Por su parte, la periodista Nadia Sanders Vázquez, detalló que el objetivo del libro no fue buscar una hipótesis sobre lo sucedido, sino tratar de dignificar a los jóvenes en medio de tanta información, desinformación y declaraciones oscuras del gobierno, pues la reputación de los muchachos estaba siendo descalificada por la opinión pública.
“Nosotros no nos metimos con el asunto de cómo desparecieron, tampoco tenemos una hipótesis sobre si fue el Ejército o fue el Estado, porque eso estaba ya muy repetido, además le correspondía a los reporteros y periodistas que cubrían la información diaria sobre los avances de las investigaciones.
“Lo que queríamos romper muchos juicios que estaban en el aire, nosotros tratamos de aclararlos y pensamos: ¿Cómo lo íbamos a contar?, pues a través de las voces de quienes los conocen”.
Sin embargo, Melisa del Pozo subraya: “Creo que es una deuda pendiente del Estado, que Ayotzinapa sirvió para tomar en cuenta que así comenzaron a salir a luz muchas más cosas; pudimos ver cómo funciona el aparato de gobierno y todo el alcance del sistema para inventar cosas, maquillar cifras o hacernos creer que las cosas están bien y las tienen solucionadas”.
Ambas periodistas coincidieron en que el resultado fue revelar las circunstancias muy diversas que unía a los desaparecidos: la pobreza, ser víctimas recurrentes de impunidad, corrupción y muchos adjetivos que describen un Guerrero real. La mayoría de los estudiantes provenían de la necesidad, de historias muy conmovedoras.
El colectivo “Marchando con letras” no obtuvo ningún beneficio económico pues la finalidad siempre fue periodística con la intención de abonar, desde la trinchera de cada uno de los integrantes, y ofrecer un respaldo a los padres de los jóvenes desaparecidos, con la donación de las regalías del libro para su causa.
“Una vez terminado el trabajo lo ofrecimos a varias casas editoriales hasta que finalmente Proceso nos ofreció una plataforma que nos convenía a todos y sobre todo nos dio la facilidad de poder donar todas las ganancias del libro a los familiares de los estudiantes; nosotros no ganamos dinero pero sí ganamos experiencia, aprendizaje y sensibilidad para contar la historia de personas desaparecidas, narrarla de una manera mucho más considerada”, apuntó la periodista Melisa del Pozo.
Finalmente Melisa explica que el título se determinó porque en Ayotzinapa la tortuga es la insignia más destacada y significa “Lugar donde crecen las tortugas”, por eso decidieron hacer un paralelismo entre los jóvenes y las tortugas, su camino de su suerte en Ayotzinapa. Influyó en el diseño del título y portada las historias narradas por los padres quienes soñaban caminar con sus hijos a través de un largo viaje, por lo que algunos comenzaron a tatuarse tortugas, como pacientes viajeras en representación de sus hijos y su búsqueda.
El libro “Ayotzinapa. La Travesía de las tortugas”, será presentado el próximo jueves 02 de junio a las 16:00 horas en el marco de las actividades del Festival del libro Metropolitano, LibroFest 2016 que se llevará a cabo del 30 de mayo al 04 de junio en las instalaciones de la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Azcapotzalco.