Maravilla coro Kitty Macouzet en recital en honor a mujeres compositoras
GUADALAJARA, Jal., 28 de noviembre de 2015.- Niños, jóvenes adultos e incluso abuelitos, abarrotaron las instalaciones de la Expo Guadalajara, para ver la infinidad de títulos que presenta la FIL (Feria Internacional del Libro). El recinto lució a su máxima capacidad con lo que todo apunta será la mejor asistencia de la edición 29.
La sensación del día fue la zona llamada FIL Niños, misma que se vio repleta de familias son sus bebés en carriolas, quienes se quedaban dormidos a la espera que sus papás terminaran de divertirse viendo los libros infantiles y el acomodo del lugar, los menores ya con noción de la lectura tomaban los libros entre sus manos y como si fueran unos verdaderos “letrados” veían las imágenes como si estuvieran metidos en la lectura.
Fue tanta la asistencia que incluso había niños que preferían sentarse donde pudieran, incluso quedando lejos de ese pabellón infantil, lo que ellos querían era descansar después de estar mucho tiempo de pie o caminando.
Las demás zonas de la FIL también estuvieron abarrotadas, gente que decidía invertir en libros y otros que simplemente iban para ver qué se encontraban, tal es el caso de Alejandro Ramos, quien señaló que año con año asiste a la feria, sin embargo no es una persona que lee mucho: “Vengo con mi familia y algunos amigos, ya nos acostumbramos a venir año con año y es algo bueno para motivar la lectura a las nuevas generaciones, yo te soy sincero, no soy una persona que acostumbre a leer mucho pero sí me gusta este tipo de eventos y te digo, lo mejor es que los niños no sean como yo y que sí lean mucho”, enfatizó Alejandro entre risas.
Una jovencita de 15 años de edad de nombre Lucía, mencionó que desde que ella recuerda, sus papás la llevan a la feria y que cada año compra libros, que por supuesto da lectura: “Ya esperábamos que iniciara la feria, porque mis libros que compré el año pasado ya los terminé de leer. Me gusta mucho la lectura, aprendo muchas historias y en ocasiones pongo en práctica algunas de las cosas que aprendo leyendo, aparte de que mi papá me inculcó esta práctica, porque desde que era niña lo veía leyendo sus libros”, la joven siguió caminando con sus padres en busca de sus nuevos títulos a los que no despegará los ojos durante un año y en espera de la nueva edición de la FIL.