Bajo la premisa de que el cambio legal por sí mismo no genera el cambio, es decir, la modificación del marco constitucional y las leyes secundarias no hacen el cambio por sí mismo, el Ejecutivo federal admitió que el gran reto y la gran misión a dos años de concluir su mandato presidencial es la de asegurar que estas reformas permitan, en su instrumentación, deparar un mejor futuro para México.
En un balance de su gobierno, Peña Nieto no asumió el logro de las reformas como exclusivo ni propio, sino resultado de las distintas fuerzas políticas que han acompañado la iniciativa lanzada desde el Ejecutivo para impulsar una agenda de transformaciones.
Al revisar los avances de lo que asegura “está cambiando a México”, las reformas estructurales que se hicieron, en qué han impactado, beneficiado y servido, el Primer Mandatario apuntó que la Reforma Energética está permitiendo un gran blindaje ante escenarios adversos.
“Una gran fortaleza y oportunidad para que Pemex siga creciendo y podamos producir más, y tener una mayor soberanía energética como Nación”, aseguró en un diálogo inédito con especialistas del orden económico y financiero sobre el desarrollo del país.
Reiteró que el porvenir de México va a ser uno muy distinto, consecuencia de que es quizá de las reformas sociales más importantes: la Reforma Educativa.
Subrayó que los frutos de la Reforma Educativa se verán en 10 o 15 años cuando las primeras generaciones egresadas de este modelo den cuentas de este cambio cualitativo.
“No es la oposición, no es la resistencia, no son las manifestaciones. Claro que hay resistencia cuando se rompe con una gran cantidad de privilegios que tenían algunos sectores del ámbito magisterial”, comentó el Presidente de la República.
En la Reforma en Telecomunicaciones, resaltó que entre los primeros beneficios está la caída en los precios de la telefonía, el acceso al Internet; cómo ha crecido la conectividad de México, pasando de tener 40 millones de usuarios, en 2012, a 70 millones de usuarios, en sólo cuatro años.
Vaticinó que los candidatos presidenciables en 2018 tendrán una batalla con alrededor de 80 o más millones de usuarios de Internet, el doble al número que se enfrentó en su campaña.
Aunque admitió consciente de ello que muchos de los beneficios que derivan de las reformas no se van a observar pronto o no serán tangibles en este sexenio, Peña Nieto dijo que asume los costos que representa haber impulsado estos cambios.
Convencido, se dijo orgulloso de haber impulsado la construcción de los cimientos que van a cambiar el futuro de México. Pero puntualizó sobre sus reformas transformadoras que “no vamos a apreciar los cambios en sólo dos años”.