La ignorancia y violación de las reglas viales contribuye a que haya más tragedias y los entrevistadores de GCE pidieron a la gente que hablara de quiénes corren más peligro en las calles y caminos de México:
Los peatones, respondió 35.7 por ciento de los 600 entrevistados, 27.9 por ciento dijo que están en mayor riesgo los motociclistas, mientras que para 20 por ciento son los ciclistas los que se hallan más amenazados.
En los llamados telefónicos realizados a casas de todo el país, 5 por ciento de los ciudadanos dijo que los más expuestos a los accidentes son los automovilistas y 10 por ciento que todos enfrentan el peligro por igual.
La encuesta deja ver que la mayoría de los mexicanos no posee auto (55.5 por ciento), mientras que poseen carro 44 por ciento. Son muchos más los hombres motorizados (50 de cada 100) que las mujeres (48 por 100).
Una cuarta parte de la población (25.5 por ciento) ha sido víctima o provocado un accidente o ha sufrido o motivado alguno de sus familiares. Pero para casi tres cuartas partes es algo desconocido (74.2 por ciento).
El peligro está en las calles, pero sólo 13.5 por ciento de la gente dice que ha tenido un percance vial en ellas. El 86.5 por ciento dijo que no ha sido protagonista de una acción de esta naturaleza.
El celular, los descuidos y el alcohol son los tres principales culpables de los accidentes al volante.
Gabinete (GCE) averiguó cuáles son las cusas que piensa la gente están detrás de los accidentes.
Las cinco principales son estas:
1.- Usar celular al conducir (22.1 por ciento)
2.- Falta de atención al volante (19.3 por ciento)
3.- Abuso al beber alcohol (18.9 por ciento)
4.- Imprudencias (12.4 por ciento)
5.- Manejar con exceso de velocidad (11.4 por ciento).
Es cierto que los encuestados también piensan que la mala cultura vial provoca accidentes (5.9 por ciento), así como la mala señalización en calles y caminos (2.1 por ciento), “otros conductores o los peatones” (2.1 por ciento), no respetar las reglas viales (1.4 por ciento).
Los demás no respondieron, dijeron que no saben o culparon a “otra cosa”.
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