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ACAPULCO, Gro., 18 de febrero de 2024.- Los obispos de Guerrero pidieron a quienes gobiernan superar cualquier actitud de indiferencia ante aquellos que los eligieron para gobernar y evitar ser rebasados por quienes intentan apoderarse del ánimo, de la vida económica y del futuro de los municipios.
En un comunicado, el arzobispo del puerto, Leopoldo González González; de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández; de Altamirano, Joel Ocampo Gorostieta; y de Tlapa, Dagoberto Sosa Arriaga, advirtieron que el descontento social aumenta ante el clima de impunidad y algunos pueblos empiezan a asumir roles que corresponden a las fuerzas del orden.
En su mensaje quincenal de este domingo, el arzobispo Leopoldo González leyó el comunicado que subraya que “el grito ensordecedor de las personas y familias que han sido víctimas de múltiples formas de violencia tiene que ser escuchado por todos aquellos que deben asegurar la legalidad en nuestro estado y país, los que pueden contribuir a restablecer un orden justo en la sociedad y aquellos que dañan a la sociedad”.
A quienes han hecho del crimen un estilo de vida, los obispos pidieron en el texto que cesen en sus abusos en contra de las personas, de las familias, de los pueblos y ciudades. “Todos necesitamos un ambiente libre de intimidación y violencia para conservar nuestra integridad física y psicológica, trabajar honestamente, consolidar nuestro patrimonio material, disfrutar de nuestra familia, asistir a los centros escolares, llegar a las instituciones de salud y manifestar públicamente nuestra fe”.
“Nadie tiene derecho a matar, abusar sexualmente, robar, mentir, esclavizar; mucho menos a convertirlo en un negocio o en un medio de intimidación. Todos los agentes de pastoral de nuestras diócesis estamos comprometidos en la evangelización para lograr que Cristo nuestra paz eduque nuestra conciencia y así sepamos optar siempre por el bien, defender la dignidad de todas las personas y construir una sociedad que permita una ‘vida buena’ para todos”.
En el texto, los obispos también convocaron a las familias para que fomenten entre sus integrantes constantes actitudes de paz, aprecien plenamente la dimensión comunitaria de la vida y eviten engrosar las filas de quienes promueven la cultura de la muerte.
“Invitamos a las comunidades creyentes a asumir la convicción de que la paz nace de quienes se abren a Dios, promueven la fraternidad, una cultura y una espiritualidad de solidaridad y de paz e invocan constantemente a Dios en la oración”.