“Todos tenemos ahora que estar apoyando su éxito en unir y dirigir al país”, dijo el mandatario ante periodistas reunidos en el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca, en sus primeras declaraciones sobre la histórica jornada electoral del martes en que el republicano se alzó con la victoria.
Obama llamó por teléfono a Trump a las 3:30 horas de este miércoles para felicitarlo por su triunfo y cursarle una invitación para que visite la Casa Blanca este jueves con el fin de “asegurarnos que haya una transición exitosa entre nuestras presidencias”.
El mandatario reconoció que hay diferencias significativas con el presidente electo, pero externó su confianza de que sus equipos de transición podrán trabajar de manera efectiva con este propósito porque “la presidencia y vicepresidencia es más grande que cualquiera de nosotros”.
El mandatario dijo haber instruido a su equipo a seguir el ejemplo del equipo de transición del presidente George W. Bush ocho años atrás, con el propósito de asegurar una exitosa transición para Trump.
“Ahora todos estamos apoyando su éxito para unir y dirigir el país. La transición pacífica del poder es una de las características de nuestra democracia. Y en los próximos meses, vamos a mostrar eso al mundo”, dijo Obama, quien estuvo acompañado por el vicepresidente Joe Biden.
Obama tuvo palabras de reconocimiento para Clinton y se declaró orgulloso de la campaña que condujo a lo largo de más de un año, además de reconocer su larga trayectoria de servicio público.
“No podría estar más orgulloso de ella. Ha vivido una extraordinaria vida de servicio público. Fue una gran primera dama. Fue una excelente senadora por el estado de Nueva York. Y no podría haber sido mejor Secretaria de Estado”, dijo.
Obama pidió a los simpatizantes de Clinton hacer de lado la página de la elección, anteponiendo el bienestar del país a posturas ideológicas y dijo haber exhortado a su equipo de trabajo a mantener la cabeza arriba por el trabajo de los pasados ocho años.
Señaló que la campaña dejó a muchos estadunidenses exaltados, otros no tanto pero esa es la naturaleza de estos procesos y de la democracia misma, difícil, contenciosa en ocasiones, con mucho ruido “y no siempre es inspiradora”.
“Así es como funciona la política a veces. Nos esforzamos mucho para persuadir a la gente de que tenemos razón y luego la gente vota. Y luego si perdemos, aprendemos de nuestros errores, reflexionamos, lamemos nuestras heridas, volvemos a la arena e intentamos aún cosas más difíciles la próxima vez”, explicó.
