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Hallan a asesinado y camioneta calcinada en Juchitán
GUADALAJARA, Jal., 5 de agosto de 2018.-La localización de fosas clandestinas como la del pasado viernes en Santa Elena de la Cruz, Guadalajara donde ya suman 10 cuerpos, es una muestra cruda de la crueldad a la que pueden llegar integrantes del crimen organizado, lamentó el Arzobispo de Guadalajara, José Francisco Robles Ortega.
«Da una clave para entender el destino de muchos desaparecidos, a veces solamente reciben la noticia, la denuncia, el conocimiento de que alguien desapareció, pero como si se lo hubiera comido la nada, el descubrir estas fosas donde hay cuerpos humanos es una clave, es un camino ara identificar quién de los denunciados como desaparecidos se relaciona o se identifica con uno de esos cadáveres.»
El prelado afirmó que hechos tal lamentables como encontrar decenas de cadáveres debe servir como indicios de investigación que lleve al paradero al menos de algunos de los miles de desaparecidos que hay en Jalisco y en México.
Agregó que esto también muestra de modo muy penoso la evidencia de la falta de respeto y ensañamiento contra la vida humana.
Al respecto también habló de la responsabilidad de la Iglesia Católica para generar una cultura de respeto a la vida contra una cultura de la muerte, y por ello la propuesta del Papa Francisco de modificar los contenidos de la catequesis para rechazar la pena de muerte en todo el mundo.
El presidente del Episcopado Mexicano explicó que si bien va más dirigido a las naciones que tienen pena de muerte como Estados Unidos, no debemos olvidar que en México algunos candidatos y algunos partidos políticos en las pasadas elecciones como parte de sus propuestas de campaña planteaban este castigo para secuestradores y homicidas.