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CIUDAD DE MÉXICO, 31 de agosto de 2018.- Una de las mayores críticas del gobierno lopez obradorista hacia el nuevo aeropuerto es su impacto ambiental, pues se ha señalado el riesgo de desaparición que corren las aves migratorias que arriban al Lago de Texcoco, específicamente al Nabor Carrillo, ante la posibilidad de ser dañadas por las turbinas de los aviones y por la sequía del lugar.
Sin embargo, el proyecto, iniciado desde el 2016, contempló previamente a la fauna del lugar y se implementaron medidas que salvaguardan su existencia.
Para poder construir el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en Texcoco, una zona acuosa del Estado de México, donde existían lagunas creadas por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) para desfogar el líquido pluvial, se utilizó tecnología que prácticamente exprimió el suelo y trasladó el agua al Lago Nabor Carrillo, que subsistirá con el fin de que las aves migren hacia él.
Al contrario de lo que se ha criticado, el Lago Nabor Carrillo no desaparecerá, así lo argumentan miembros del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, quienes explicaron que el Nabor Carrillo, popular en los años 90, será un aliado del NAIM en la conservación de la fauna local.
El lunes pasado, Crónica visitó el Lago Nabor Carrillo, ubicado a unos cinco minutos del NAIM, en automóvil, y pudo constatar que el estanque ya es un hábitat de las aves, incluso sin que el nuevo aeropuerto esté en operación.
Patos, garzas y chorlitos fueron algunas de las especies a las que sorprendimos dándose un chapuzón.
También encontramos un barco pesquero en la orilla del Lago, al parecer abandonado, pues se encontraba solitario, en medio de las aves que lo rodeaban.
La entrada principal del Lago está controlada por policías de la localidad, quienes limitan el ingreso sólo a quienes llevan el permiso de la Conagua, una medida de seguridad de la cual fácilmente se puede escabullir, pues al rodear el Lago se encuentra un acceso sin vigía.
Así fue como nos introdujimos al área supuestamente restringida antes de tomar el camino de regreso y alejarnos del polígono donde se desarrolla el proyecto aeroportuario cuya operación aún es incierta.