De acuerdo con un comunicado, agregó que no será aplicable cuando éstos provengan de materiales reciclados o de reúso fabricados a nivel nacional, siempre y cuando el envase conserve sus propiedades de reciclaje y/o cuando el contribuyente compruebe la recuperación de al menos 30 por ciento del total de toneladas que produce en un año.
El también coordinador de Desarrollo Sustentable del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática (GPPRD) explicó que, de aprobarse su iniciativa, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en coordinación con las Secretarías de Economía y de Medio Ambiente, tendrán la obligación de establecer un mecanismo de control para la enajenación, producción, importación y reciclamiento de los envases fabricados con PET, con el fin de realizar la fiscalización y recaudación correspondiente.
Asimismo, dijo que la presente iniciativa tiene el objetivo de ser un instrumento de política fiscal que modifique las conductas sobre producción de residuos sólidos plásticos, específicamente los referidos a los envases fabricados con tereftalato de polietileno (PET).
“El enfoque que aquí se presenta tiene una visión de sostenibilidad sobre este recurso e incentivaría el reciclamiento de mayor número de envases que actualmente se encuentran en disposición final, así como gradualmente la menor producción de los mismos”, añadió.
Subrayó que uno de los grandes desafíos que enfrenta México es el manejo integral de los residuos sólidos, ya que la tendencia indica un crecimiento promedio anual entre 1995 y 2016 de 2.17 por ciento y se observa que la generación de residuos sólidos urbanos aumentarán en los próximos años de continuar con el consumo actual sin políticas que incidan en los comportamientos, tanto de la población como del sector empresarial, para disminuir esta generación a través de prácticas del reúso.
Detalló que uno de los temas pendientes en materia de residuos sólidos es implementar mecanismos para internalizar o disminuir los costos ambientales por su generación, por medio de la modificación de conductas de producción y consumo con impactos positivos al medio ambiente y la maximización de beneficios económicos y sociales.
El diputado Rubio Quiroz indicó que de acuerdo con datos del Sistema de Información Nacional para la Gestión Integral de los Residuos, la producción de envases de plástico en México ha reportado un alto crecimiento en los últimos 20 años, al pasar de un millón 336 mil toneladas a cuatro millones 749 mil toneladas. En general su crecimiento acumulado ha sido de cerca de 400 por ciento, no así el del mercado de reciclaje.
En lo que respecta al PET –informó-, se calcula que existe una producción anual estimada de 800 mil toneladas de envases con un porcentaje de crecimiento promedio de 13 por ciento, es decir, de 104 mil toneladas más al año, sin que hasta el momento exista un manejo adecuado pos-consumo de los mismos. En su mayoría, los envases se utilizan para refrescos no retornables, retornables y agua embotellada.
Los plásticos y el PET representan un riesgo para el ambiente porque no son degradables por el entorno. Los plásticos no se oxidan ni se descomponen con el tiempo, por lo que requiere un manejo y tratamiento adecuado. No se omite mencionar que existen ya algunos envases en el mercado que son biodegradables. No obstante, hasta el momento ninguno ha demostrado su eficiencia de eliminación en los sitios de disposición final donde se alojan. Un método práctico para su manejo es el reciclaje, pues resulta un proceso bastante sencillo, explicó.
