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CIUDAD DE MÉXICO, 20 de agosto de 2018.- «No vamos a decepcionar a nadie como ha sucedido con movimientos que han generado grandes expectativas y se han desvanecido”, señaló Andrés Manuel López Obrador ante los morenistas que ayer participaron en el V Congreso Extraordinario de este partido.
“En el año 2000 se apostó a la alternancia y todo quedó en una farsa dañina porque en vez de cambiar al régimen, se le restauró con la simulación que significó el PRIAN”.
Cambiar, aseguró, es dejar una cosa o situación para tomar otra y no simulación o gatopardismo. “Transformar no es ejecutar o dar el violín, instrumento que se toma con la izquierda y se toca con la derecha”, sentenció.
Llamó hazaña, y realmente no sonó exagerado, que en tres años de existencia Morena se convirtiera en la fuerza política hegemónica del país y se quedara con la Presidencia de la República en las últimas elecciones.
Al participar en el Congreso Extraordinario de Morena, indicó que lo recorrido “ha quedado para la historia” y pasó lista a personajes como Lucio Cabañas, Heberto Castillo, Cuauhtémoc Cárdenas, Manuel Clouthier, Porfirio Muñoz Ledo, Rosario Ibarra, Bolívar Echeverría, José María Pérez Gay, Sergio Pitol, entre muchos otros que se sumaron a la heterogeneidad de aquellos en los que el Presidente Electo ve antecedentes de su lucha política.
En el Deportivo Reynosa, López Obrador señaló que en los morenistas “en vez del divisionismo, la deshonestidad, el egoísmo, la incongruencia o el sectarismo, se supo poner por delante el ideal, los principios, la imaginación, la humildad, el trabajo a ras de tierra y la perseverancia”.
Pidió no tratar los puestos de gobierno como botín, quedar en la pobreza si es necesario, pero evitar heredar a sus hijos la deshonra.
“El triunfo logrado parece todavía un sueño, pero obviamente es una realidad”, señaló el líder principal del morenismo, “el escepticismo no es una fantasía, tiene que ver con el hecho de que luego de una cauda de fraudes electorales y de autoritarismo, se arraigó el criterio de que sólo se podía transformar por la vía armada, que no había otro camino. Además, esta versión se afianzó más con la propaganda de los hombres del régimen que sostenían aquello de que a tiros llegamos y sólo a tiros nos iremos”.
En torno a esto esgrimió un argumento que empieza a ser constante en su discurso: “Debemos reconocer también que había en toda esta percepción un menosprecio a la sabiduría del pueblo y a la fuerza que se obtiene de la participación consciente y organizada de los ciudadanos.
“Por eso el triunfo ha sido sorprendente y aleccionador. Todos recibimos de nuestros semejantes una gran lección de democracia política. Se impuso el ideal básico pero certero, el sentido común, el juicio práctico y de manera sencilla se demostró la madurez cívica de nuestro pueblo”.
La etapa que se abre ahora, es demostrar “que se puede gobernar con el pueblo, con respeto a las libertades y, en paralelo, garantizar a todos, el derecho a vivir con bienestar y a ser felices”.
Enumeró las promesas que debe cumplir su gobierno: doble a la pensión a los adultos mayores; un millón de discapacitados pobres con un apoyo mensual; seguridad médica y medicamentos gratuitos; cancelación de la mal llamada reforma educativa; 100 nuevas universidades públicas y becas escolares en el nivel básico, medio y superior a un total de 10 millones 300 mil alumnos, entre muchas otras.