América Latina, lista para autobuses eléctricos: experto

Se refiere a camiones que viajen con sus propias pilas y que además ayuden a reducir la emisión de los gases de efecto invernadero, causantes de los efectos del cambio climático.

Entrevistado por Quadratín México, el coautor del estudio Carbono cero América Latina, una vía para la descarbonización neta de la economía regional para mediados de este siglo, explicó que para ello es necesario legislar en la materia.

“La ventaja de legislar es permitir que el transporte eléctrico y su infraestructura reciban tratamiento preferencial en un momento de transición modal del sector transporte”, respondió a través de correo electrónico.

Consideró que con una legislación se reconocería el papel del transporte en la mitigación de contaminantes y la reducción de contaminantes irritantes para la salud.

“Esto ayudaría a impulsar este modo”, indicó.

Cuestionado sobre cuáles características deberían tener los autobuses para una ciudad como la capital mexicana, recomendó que sean de alta capacidad, incluso biarticulados, y con rutas compatibles con las líneas de Metrobús para tener el mayor impacto posible.

A Vergara se le comentó que el primer corredor verde proyectado para la ciudad de México, que correría a través de Eje 8, entre Santa Marta y Mixcoac, podría usar autobuses de entre 400 mil a 700 mil dólares cada uno, de acuerdo con el director del Sistema de Transportes Eléctricos (STE), Eduardo Venadero.

El especialista del World Resources Institute confirma que ese es el rango de precios en el mercado.

“Pero los costos de capital pueden ser diferidos con diferentes esquemas de ingeniería financiera. En una propuesta para Transmilenio en Bogotá, se propuso alquilar el equipo por parte del fabricante contra pago de los ahorros en costos de combustible. Hay otras alternativas. Hay camiones ya en fabricación por otros como el caso de PROTERRA en los Estados Unidos”.

Respecto a los taxis, se le preguntó si es viable sustituir 10 mil con unidades eléctricas e híbridas cada año con un financiamiento que gira alrededor de los 2 mil dólares, propuesto por la Secretaría de Movilidad (Semovi).

Consideró que la alternativa es viable, pero también dependerá de “los costos de combustible, de los incentivos y de la calidad y autonomía del vehículo ofertado”, concluyó.