“Ante la debilidad de nuestro Estado de Derecho, en algunas regiones se han generalizado prácticas como la tala ilegal o la destrucción intencional de bosques y selvas para justificar cambios de ‘uso de suelo’, causando daños graves al entorno, o bien favoreciendo que ciertas actividades satisfagan intereses económicos particulares en las áreas naturales, en detrimento de los pueblos y comunidades que legítimamente podrían beneficiarse de las mismas”, expuso durante su participación en el foro mundial sobre los derechos de la Tierra, en el Centro Cultural Tlatelolco.
Asimismo, reconoció que la actividad humana afecta a la biodiversidad e impide el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales y la posibilidad de que dichas regiones ofrezcan servicios ambientales.
Por ello es importante la labor de los defensores ambientales a quienes pidió reconocer su labor.
“En este sentido, es preciso reconocer y apoyar la labor de las organizaciones y defensores civiles que han alzado su voz para defender la tierra, la naturaleza y la vida, aquellos que han pugnado por la solidaridad entre las personas y por evidenciar que la pobreza, la exclusión social y los niveles de desigualdad imperantes son realidades que transgreden toda lógica de un Estado democrático de derechos, vulnerando la dignidad de las personas que las sufren”, expresó González Pérez.
También destacó la labor de la comisión en la materia y dijo que en su historia ha emitido 15 recomendaciones ambientales.
“La defensa y protección del medio ambiente, así como su vinculación con los derechos fundamentales de las personas, no ha sido algo respecto de lo cual la Comisión Nacional de los Derechos Humanos haya permanecido ajena. En sus casi 26 años de existencia se han emitido 15 recomendaciones en esta materia, y también se ha tratado el tema en recomendaciones generales, la más reciente de ellas, la número 26, relativa a las áreas naturales protegidas”, remarcó.
En el foro el Ombudsperson reconoció la presencia de los asistentes, entre quienes destacó la del brasileño Leonardo Boff, famoso teólogo de la liberación.
