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MADRID, 23 de abril de 2018.- El escritor Sergio Ramírez recibió hoy de manos del rey Felipe VI el Premio Cervantes, el máximo galardón de las letras en español, en una solemne ceremonia que se celebra desde este mediodía en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, Madrid.
El escritor nicaragüense, al que acompañan en esta ceremonia su mujer, sus tres hijos y sus ocho nietos, hablará en su discurso de «lo que le debe» a Cervantes y a su compatriota Rubén Darío, así como del oficio de escritor, según adelantó a su llegada a la universidad.
Ramírez lleva crespón negro por los sucesos ocurridos en su país en un acto presidido por los reyes de España y al que también asisten el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo.
Durante su discurso, aseguró que «no hay nada que pueda y deba ser más libre que la escritura» y que cerrar los ojos ante la realidad de la violencia, el narcotráfico o el exilio es «traicionar el oficio».
Antes de comenzar el discurso, el escritor nicaragüense, que luce un lazo negro por los sucesos en su país, dedicó el Premio Cervantes que recibió de manos del rey Felipe VI a la memoria de sus compatriotas que en los últimos días han sido asesinados «por salir a la calle a reclamar justicia y democracia».
El que fuera vicepresidente de Nicaragua de 1985 a 1990, en el primer gobierno de Daniel Ortega, dedicó el premio también «a los miles de jóvenes que siguen luchando sin más armas que sus ideales por que Nicaragua vuelva a ser república».
En su discurso, consideró que no se puede ignorar la realidad de los «caudillos del narcotráfico» ni «el exilio permanente de miles de centroamericanos hacia la frontera de Estados Unidos impuesto por la marginación y la miseria, y el tren de la muerte que atraviesa México con su eterno silbido de bestia herida, y la violencia como la más funesta de nuestra deidades (…)»
O «las fosas clandestinas que se siguen abriendo, los basureros convertidos en cementerios».