Con la llegada de los restos de Fidel a su última morada, en una ceremonia privada y familiar, finalizó un periplo de cinco días desde que los restos de Castro partieron de La Habana a Santiago el pasado miércoles en un recorrido de más de mil kilómetros.
Además de las salvas de artillería, los gritos de “Soy Fidel” fueron la consigna principal de miles de cubanos que acompañaron el último recorrido de las cenizas de Castro desde la Plaza Antonio Maceo de Santiago hacia el cementerio local.
La caravana llegó antes de las 7:00 horas locales (12:00 GMT) a ese sitio, pero agentes militares y civiles formaron al menos dos cordones de seguridad para impedir el paso tanto de la población como de la prensa.
El presidente de Cuba, Raúl Castro, adelantó que los restos de su hermano quedarían “muy cerca del mausoleo del héroe nacional José Martí; de sus compañeros de lucha en el Moncada, el Granma y el ejército rebelde; de la clandestinidad y las misiones internacionalistas”.
Ninguna autoridad de Cuba informó si en el acto se pronunciaron algunas palabras por parte de los familiares.
Fotografías de Fidel y la consigna de “Yo soy Fidel” fueron la constante entre los seguidores del extinto líder cubano, fallecido el pasado 25 de noviembre a la edad de 90 años.
Luego de cuatro días de transitar por sitios emblemáticos de la lucha guerrillera lanzada por Castro el 26 de julio de 1953 con el asalto al Cuartel Moncada de Santiago, los restos de Fidel llegaron el sábado a esta ciudad, la más caribeña de Cuba.
Luego del fallecimiento de Fidel, el gobierno cubano liderado por Raúl ordenó nueve días de luto nacional que finalizan este domingo, el cual incluyó izar la bandera a media asta, la prohibición de venta de bebidas alcohólicas y evitar actividades festivas.
En La Habana, el gobernante de Cuba por 47 años hasta 2006 cuando cedió el poder a su hermano, recibió homenajes el lunes y martes pasado con la asistencia de unos 60 jefes de estado, entre ellos el presidente de México, Enrique Peña Nieto.
