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El Papa Francisco convocó al Vaticano a 33 obispos de Chile para sacar a la luz las causas más profundas del encubrimiento y las “graves omisiones” ante los casos de abusos sexuales por parte del clero chileno, con el objetivo de erradicar de fondo esas prácticas.
Así lo comunicó la sala de prensa del Vaticano, que ofreció algunos detalles de las reuniones que Francisco sostendrá con los pastores de ese país del 15 al 17 de mayo próximos, en una sala contigua al Aula Pablo VI, el más grande auditorio de la sede de la Iglesia católica.
“El santo padre, interpelado por las circunstancias y los desafíos extraordinarios que plantean los abusos de poder, sexuales y de conciencia, ocurridos en Chile a lo largo de las últimas décadas, considera necesario examinar en profundidad sus causas y consecuencias”, estableció una nota.
Agregó que el objetivo de este “largo proceso” de consulta es analizar junto con los obispos, “en la presencia de Dios”, la responsabilidad “de todos y cada uno” en esas “heridas devastadoras”, así como el estudio de los cambios adecuados y duraderos que impidan la repetición de estos actos siempre reprobables.
La convocatoria fue lanzada por Jorge Mario Bergoglio en una dramática carta que él mismo escribió a los miembros de la Conferencia Episcopal Chilena el 8 de abril pasado y, en la cual, pidió perdón públicamente por haber cometido “graves equivocaciones” sobre la magnitud de los abusos en el país.
En esa misiva reconoció haber tenido “falta de información veraz y suficiente” que lo llevó a cometer varios errores, el más clamoroso de ellos fue el nombramiento como obispo de Osorno de Juan Barros, por años el pupilo preferido del más famoso abusador, el otrora poderoso sacerdote Fernando Karadima.
Al menos durante tres años el Papa mantuvo en su puesto a Barros, pese a las protestas públicas y las incisivas críticas de las víctimas de Karadima. Estaba convencido que el obispo era inocente y no había participado del encubrimiento.
Pero en su visita apostólica a Chile, en enero pasado, se dio cuenta que sus informes no representaban la realidad y por eso, una vez de regreso al Vaticano, envió en “misión especial” a Santiado al arzobispo maltés Charles Scicluna y al sacerdote español Jordi Bertomeu.
Ellos le entregaron un informe de más de dos mil páginas producto de 64 testimonios pero, en las últimas semanas, el Papa ha seguido recibiendo “numerosos testimonios orales y escritos”.
Según reseñó el Vaticano, durante las reuniones de esta semana, Francisco analizará con los obispos chilenos los resultados de esos completos informes. Estará acompañado por el prefecto de la Congregación para los Obispos, cardenal Marc Ouellet.
“Es fundamental restaurar la confianza en la Iglesia mediante pastores buenos que testimonien con su vida el haber conocido la voz del buen pastor: que sepan acompañar el sufrimiento de las víctimas y trabajar de manera decidida e incansable en la prevención de los abusos”, indicó la nota vaticana.