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CAMBOYA, 27 de julio de 2018.- Si se relaciona en el mundo a Camboya con algo, es con el genocidio que llevó a cabo el breve pero devastador régimen de Pol Pot y los jemeres rojos entre 1975 y 1979.
Genocidio que incluyó el asesinato de unos 200 mil intelectuales y la aniquilación de las ciudades, que a su vez provocó la muerte por hambruna en el campo de más de un millón de los poco más de siete millones de habitantes del país.
Las agresiones de Pol Pot a Vietnam en la frontera motivaron la invasión vecina y la rápida caída del dictador. Lo que siguió fue otro régimen, esta vez títere de Hanoi y prosoviético, que se alargó hasta la caída de la Unión Soviética en 1991 y el plan de la ONU que derivó en la restauración de la monarquía y elecciones libres en 1993.
Pero hay algo que une todos estos períodos históricos hasta la actualidad. Mejor dicho, alguien: Hun Sen. El actual primer ministro camboyano formó parte de los jemeres rojos como jefe de batallón, y perdió un ojo en la toma de la capital, Nom Pen, en 1975.
Luego se pasó al bando vietnamita, y en el nuevo régimen socialista ejerció como canciller desde 1979 y como primer ministro desde 1985 hasta las elecciones de 1993.
Fue entonces cuando el Partido Revolucionario del Pueblo de Kampuchea que había llamado a Pol Pot “traidor de la ideología socialista” se reconvirtió en el Partido Popular de Camboya (CPP) y Hun Sen se presentó a los comicios tutelados por Naciones Unidas.
Aunque en aquellos primeros comicios el CPP quedó en segundo lugar tras el FUNCINPEC, el partido monárquico que desde entonces dirige el príncipe Norodom Ranariddh, Hun Sen logró ser designado viceprimer ministro, y en la práctica fue quien ejerció el poder gracias a los altos funcionarios del antiguo régimen prosoviético que continuaban al frente de puestos clave del Estado.
Desde 1998, Hun Sen ha logrado ganar las cuatro elecciones que se han celebrado en estos veinte años, y no existe duda alguna de que en los comicios generales de este domingo, el dictador, aún provietnamita, de 65 años, volverá a imponerse. Si esto ocurre, y concluye su mandato en 2023, Hun Sen alcanzará 39 años en el poder.
Un inciso: en Camboya no existen los apellidos; al nombre de pila de la persona se le antepone el nombre de pila de su abuelo paterno para formar el nombre completo e indivisible.