BRASILIA, Bra., 12 de mayo de 2016.- La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, catalogó como un “golpe” la decisión del Senado de separarla del cargo por 180 días, mientras es sometida a investigación, y afirmó que luchará por concluir su periodo como la mandataria del país, informó Notimex.
La decisión del Senado, “es un golpe (…) mi gobierno fue blanco insistente de sabotaje (…) crearon el ambiente propicio para el golpe”, aseguró la mandataria en una declaración televisada en cadena nacional.
Rousseff insistió en que no ha cometido ningún crimen o delito en su vida, y remarcó que va a luchar, “con todos los instrumentos legales”, para concluir su mandato para el que fue electa el 31 de diciembre de 2018.
La oposición acusa a Rousseff de un “crimen de responsabilidad” punible con el “impeachment”, según la Constitución, cuando usó presuntamente artimañas contables por medio de créditos de instituciones públicas para cuadrar las cuentas de 2014 y 2015.