
Rescatan a perro en aparente estado de abandono en Guadalajara
GUADALAJARA, Jal., 22 de julio de 2025.- El académico de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Arturo Gleason Espíndola, advirtió que la zona metropolitana de Guadalajara enfrenta un riesgo creciente de inundaciones y socavones, debido a una combinación de urbanización descontrolada, infraestructura antigua y la falta de visión integral en la gestión del agua.
“Estamos habitando una mancha urbana que impermeabilizó hasta el 95 por ciento de la cuenca de Atemajac. Los colectores actuales no fueron diseñados para drenar esa cantidad de agua y están siendo sobrepasados”, explicó el especialista, quien lleva casi 30 años investigando el tema.
Gleason planteó que, si bien se habla de invertir nueve mil millones de pesos en un drenaje profundo, esa solución no será suficiente si no se implementan primero acciones sustentables como la retención de agua desde las partes altas, instalación de tanques en edificios, infiltración al subsuelo, ampliación de áreas verdes y techos con vegetación.
“Un drenaje profundo debería ser la última medida, no la primera. Si no se retiene el agua donde se genera en casas, negocios e industrias, el sistema colapsará. Ya lo advertimos desde hace décadas”, señaló.
El académico recordó que parte de la infraestructura hidráulica de Guadalajara data de principios del siglo 20 y no ha sido rehabilitada. Mencionó el colector San Juan de Dios como un punto crítico con riesgo latente de colapso, al igual que al menos 19 sitios que ha identificado en una reciente infografía difundida en redes sociales.
Además, criticó la falta de una política pública basada en estudios técnicos y con visión de cuenca. “El problema no se resuelve con obras aisladas o parchando zonas inundadas. Necesitamos entender cómo fluye el agua desde los cerros hasta el río Santiago, y actuar en cada punto con tecnologías adecuadas”, apuntó.
Como ejemplo de gestión exitosa, mencionó el caso de Berlín, donde se obliga a nuevos desarrollos urbanos a instalar sistemas de retención de agua y se cuenta con una oficina especializada para su regulación. “Aquí deberíamos tener ese mismo enfoque, pero con urgencia”, dijo.
Finalmente, llamó a la ciudadanía a involucrarse, reducir el envío de agua pluvial a los drenajes desde sus hogares y ejercer presión para que las autoridades actúen con base en evidencia. “Los tapatíos debemos exigir decisiones con conciencia. La autoridad está rebasada y no está asumiendo el liderazgo que se requiere”, concluyó.