
Se abre socavón en Guadalajara; hay 3 heridos de manera preliminar
TLAJOMULCO, Jal., 4 de julio de 2025.- Con el objetivo de utilizar la ciencia y el gran conocimiento y experiencia que tienen las Madres Buscadoras y los Colectivos, la Comisión de Búsqueda de Personas del estado de Jalisco en colaboración con la Universidad de Guadalajara y la Politécnica presentaron la segunda etapa del proyecto Interpretar la naturaleza para encontrar a quienes nos faltan, explicó el director de Análisis y Contexto, Roberto Chávez González.
“Estudiamos por lo menos 10 municipios en este momento para entender sus condiciones geológicas, sus condiciones edafológicas o de suelos, para entender sus climas, entender sus formas y entender dónde, cómo se están haciendo las fosas clandestinas, de qué manera cada uno de los elementos de la naturaleza determinan la posibilidad o no para empezar a hacer una fosa. Si no hay suelo, alguien no podría hacer una fosa en este lugar, a menos, claro, de que tenga una retroexcavadora o que tenga otros elementos que normalmente no los tiene.”
El objetivo es detectar, de forma más eficiente y segura, la ubicación de sitios de inhumación clandestinos, la metodología desarrollada permite reducir riesgos durante las búsquedas, al acortar los tiempos de localización y focalizar los esfuerzos en puntos con mayor aptitud territorial, indicó el titular de la Comisión de Búsqueda, Víctor Hugo Ávila Barrientos.
“Si nos vamos directo a los puntos con mayor aptitud territorial, vamos a reducir el tiempo que están ellas, que está el personal de la Comisión, porque recordemos que la Comisión de Búsqueda es una institución civil, nosotros no tenemos personal armado, no somos policías. Nuestro único propósito es buscar y localizar”, puntualizó.
El Comisionado precisó que esta investigación permite comprender los efectos que los cuerpos generan en el ambiente tras su inhumación, lo que facilita identificar patrones y áreas clave para intervenir.
El proyecto, coordinado por la COBUPEJ a partir de 2023, se fundamenta en inhumaciones controladas con ejemplares porcinos para observar y documentar las transformaciones del entorno. Su origen radica en las observaciones empíricas de los colectivos de búsqueda, quienes identificaron patrones de alteración en terrenos con fosas.
La iniciativa cuenta con la colaboración de instituciones nacionales e internacionales, entre ellas la UPZMG, la Universidad de Guadalajara, la Universidad de Oxford, la Universidad del Oeste de Inglaterra, la Facultad de Ingeniería y el Instituto de Geofísica de la UNAM, el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, así como el Centro de Investigación en Ciencias de Información Geoespacial, A. C., de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación.
En la primera etapa, se establecieron polígonos de monitoreo en Tonalá y Cajititlán, donde disciplinas como botánica, entomología, geofísica, química, biología y antropología forense aplicaron tecnología de percepción remota para detectar indicios en el terreno.
Los hallazgos preliminares demostraron que el uso de aeronaves no tripuladas (drones), tomografía de resistividad eléctrica, tomografía sísmica ambiental, radar de penetración terrestre y análisis de especies vegetales e insectos son herramientas eficaces para identificar posibles fosas clandestinas.
La segunda fase contempla el seguimiento al monitoreo de las 32 fosas ya existentes, la creación de nuevas inhumaciones múltiples y un nuevo sitio de experimentación en Zapopan.
Con esta investigación, Jalisco consolida un modelo de búsqueda más preciso y científico que representa un avance tecnológico y, al mismo tiempo, un acto de dignidad hacia las familias que no han dejado de buscar a sus seres queridos.
El libro que documenta la primera etapa de la investigación “Interpretar la naturaleza para encontrar a quienes nos faltan”, está disponible para su descarga en comisiondebusqueda.jalisco.gob.mx/inicio .