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Israel e Irán, una enemistad que no es tan vieja como parece
Muchos creen que el pleito entre Israel e Irán viene desde hace siglos, como si fuera parte de una rivalidad milenaria entre pueblos enemigos. Pero no es así. En realidad, este conflicto empezó hace apenas unas décadas y tiene más que ver con política moderna, intereses en el Medio Oriente y el cambio de gobiernos, que con una enemistad histórica.
Antes de llamarse Irán, ese país se conocía como Persia, una de las civilizaciones más antiguas e importantes del mundo. Durante siglos, los persas y los judíos no solo no fueron enemigos, sino que hubo momentos de buena relación. Por ejemplo, el rey persa Ciro el Grande ayudó a los judíos a volver a su tierra después del exilio babilónico. Incluso hoy, en Irán todavía hay una pequeña comunidad judía que vive ahí desde hace generaciones.
El conflicto con Israel empezó realmente después de 1979, cuando en Irán hubo una revolución que cambió todo. El nuevo gobierno, con ideas religiosas muy fuertes, rompió las relaciones con Israel y empezó a verlo como un enemigo. Desde entonces, Irán ha apoyado a grupos armados que luchan contra Israel, como Hezbolá y Hamás, y ha usado un discurso muy duro en su contra.
Pero más allá de las palabras, el problema también tiene que ver con poder. Irán quiere ser el país más influyente de la región, mientras que Israel trata de evitar que eso pase. No se están peleando por un territorio como otros países, sino por tener más control e influencia en Medio Oriente. Y eso ha generado choques, amenazas, ataques y una tensión constante entre los dos.
Otro punto que ha complicado las cosas es el programa nuclear de Irán. Israel teme que algún día Irán tenga una bomba atómica y por eso ha hecho todo lo posible para frenarlo, incluso con ciberataques o ataques a científicos iraníes. Irán dice que su programa es solo para fines pacíficos, pero no ha logrado convencer a muchos.
También hay cosas que casi no se dicen en los medios. Por ejemplo, que el gobierno iraní usa este conflicto para distraer a su población de los problemas internos como la inflación, la represión o la falta de libertades. Y que no todos los iraníes odian a Israel; muchos jóvenes allá están más enfocados en buscar trabajo, libertad o una vida mejor, que en la política exterior.
Además, las cosas han cambiado en la región. En los últimos años, Israel ha logrado acuerdos con varios países árabes, lo que ha dejado a Irán más solo. Eso ha hecho que suba el tono de las amenazas y que el gobierno iraní se aferre aún más a su discurso antiisraelí, aunque eso no siempre represente lo que piensa su gente.
En resumen, el conflicto entre Israel e Irán es relativamente nuevo. No es una pelea ancestral ni religiosa como a veces se cree. Es más bien el resultado de cambios políticos, ideologías distintas y una lucha por el poder en Medio Oriente. Entenderlo requiere ir más allá de los titulares y tener claro que, detrás de los gobiernos, hay pueblos que muchas veces solo quieren vivir en paz.