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GUADALAJARA , Jal., 15 de mayo de 2025.- Aunque hasta el momento no se ha confirmado la presencia del gusano barrenador en Jalisco, autoridades estatales han intensificado las acciones preventivas para evitar el ingreso de esta plaga que afecta gravemente al ganado. La Agencia de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria del Estado (ASICA) ha descartado 41 casos sospechosos, pero continúa en alerta activa, informó su titular, Armando César López Amador.
Como parte de las medidas de vigilancia, se han implementado jornadas informativas y colaboración estrecha con autoridades federales.
Una de las herramientas más destacadas ha sido el uso de binomios caninos especializados en la detección de heridas causadas por esta larva, que se alimenta de tejido vivo.
“Con la sensibilidad del olfato del perro, es altamente efectivo el que ellos puedan buscar activamente estas heridas”, explicó López Amador, quien participó en el desarrollo del proyecto de la Escuela Nacional de Perros Detectores. Detalló que el olor característico de las heridas generadas por el gusano barrenador puede ser detectado con gran precisión por los canes entrenados.
Por otro lado, López Amador advirtió que, a pesar de que la técnica del uso de moscas estériles ha demostrado ser una herramienta efectiva de control biológico, actualmente la capacidad de producción y dispersión de estas moscas es insuficiente para atender la demanda nacional.
“Sería lo ideal tener la suficiencia para todo el país y contenerla”, señaló, recordando que la planta originalmente instalada en Chiapas fue trasladada a Panamá como parte de una estrategia regional.
La Unión Ganadera Regional también se ha sumado a los esfuerzos de prevención. Su presidente, Antonio Ruelas, informó que desde hace nueve meses se trabaja con 138 asociaciones y ocho coordinaciones en jornadas de información y concientización dirigidas al sector ganadero.
De no reforzarse las acciones de contención, especialistas advierten que el gusano barrenador podría presentarse en el estado a principios del año 2026, poniendo en riesgo la salud del hato ganadero y la economía del sector agropecuario.