
Visión Financiera
Triste realidad
Como ciudadanos mexicanos y como quienes buscamos dejar un país mejor al recibido, vemos tristemente que caímos al despeñadero, claro, haciendo mofa a la frase que hiciera famosa el expresidente, Andrés Manuel López Obrador.
Si bien, a nuestro entendimiento racional descubrimos que el país que recibimos (años 90 para mí) no era perfecto, también fuimos testigos de que la grandeza de México tenía la capacidad de enmudecer los hechos que eran lamentables en aquellos días.
Hoy no, hoy mi país, el que según yo sería mejor para los que vienen detrás, ya no tiene la capacidad de opacar las malas noticias, noticias que lo posicionan a nivel internacional como sanguinario.
El caso de Teuchitlán, Jalisco, ha sido comparado incluso con el genocidio realizado por el régimen de la Alemania nazi contra los judíos.
La situación es bastante delicada, de miedo, ese miedo que no nos ha soltado desde Felipe Calderón, pasando por Peña Nieto y que se complicó aún más con Andrés Manuel y que hoy le pega a la primera presidenta de la República, Claudia Sheinbaum.
Por lo pronto es necesario, obligatorio, exigido, poner un alto al culpar a los mandatarios anteriores, ya no podemos resistir más el “es culpa de Calderón”, o el “había más muertes en el sexenio anterior”.
Hoy queda claro que quienes tienen la batuta de la orquesta llamada país, tienen que tomar cartas en el asunto y trabajar de inmediato con acciones para exterminar a los malos, así como ellos han exterminado a los nuestros.
Se tienen que poner un alto, y a la voz de ya, reconocer que gobiernos y sociedad en conjunto tenemos mucha responsabilidad de lo que está pasando.
Los primeros por negar mejores oportunidades de trabajo, mejores condiciones educativas, con un nivel mejor que al presentado con los libros de texto que estuvieron en el ojo del huracán.
Y es que la mala realidad del país es que la mayoría de quienes tuvieron sus pies puestos en esos zapatos, tenis deportivos, zapatillas y hasta chanchas, no son o eran jóvenes malos, y queda claro que tampoco son jóvenes que buscaban hacer el mal. Son solo centenares de personas que buscaban tener un mundo mejor y que creyeron en la oferta de un empleo muy bien remunerado.
Claro que el gobierno tiene mucha responsabilidad, sobre todo el que apoya a quienes ni trabajan ni estudian, pues les hace creer que el dinero se gana así de fácil como estirar la mano y es por ello que confían en que pueden ganar muy buen sueldo por ser seguridad privada o por meterse a una botarga y bailar en los cruceros.
La realidad de nuestro país es Teuchitlán, es Guanajuato, Culiacán, Colima, Morelia, Zacatecas, Guerrero y prácticamente los 32 Estados que conforman al país, unos con menos índice y otros con el infierno que generan los narcos.
Pero no, no se trata de señalar a los culpables, hoy solo se trata de exigir resultados a la de ya, en este Gobierno, en este sexenio, de lo contrario, si se continua con buscar culpables, nunca habrá la capacidad de poner un alto a la violencia que ha superado la ciencia ficción.
Así que señores Gobernadores, señora Presidenta, a trabajar.