¡¡¡Plop!!!/Salvador Echeagaray
2 de junio: De la patada
La política en México es tan frívola como su liga de futbol.
El título 15 del club de futbol América en la final contra Cruz Azul, llegó envuelto de la polémica de un penalti; quienes le vamos a ese equipo vimos una falta imprudente dentro del área que justifica la decisión arbitral y los antiamericanistas vieron una decisión rigorista a favor del club de Coapa.
El tema dará para cientos de horas de programas de análisis, de repetición del video y de muchas familias discutiendo el caso en la sobremesa, pero queda en eso, en la referencia de un deporte que, en esencia es espectáculo y entretenimiento.
En el terreno político, los ciudadanos con credencial del INE vigente, tenemos el poder de decidir, en un ejercicio democrático, qué líderes queremos para dirigir el rumbo de la nación y también está en nuestras manos poder mantener el equilibrio de poderes, tan importante en una democracia.
Si ejercemos ese derecho de forma responsable, comprendiendo que hay mucho en juego, fundamentalmente la libertad y la fortaleza de instituciones autónomas que no son perfectas, pero que contribuyen a mantener ciertos equilibrios en las cúpulas de poder, entonces podremos decir que le estamos cumpliendo a México.
Una elección presidencial no es un juego de fubol y, sobre todo, los comicios del 2 de junio del 2024, representan un momento histórico que definirá la ruta de los próximos seis años en una nación que se ha convertido en tierra de nadie.
Octavio Paz, el Premio Nobel de literatura 1990, nos recuerda de forma contundente qué no es y qué si es la política.
Explica que la política no es una religión, en consecuencia no pude salvar a los hombres. Tampoco es una filosofía, en consecuencia tampoco puede darles sabiduría. Continúa su reflexión y describe -de forma clara-, que la política revolucionaria, no puede hacer de los lobos, corderos.
“La política revolucionaria, no puede hacer de los lobos, corderos. Al contrario, los ha convertido en lobos más lobos. La política no puede ofrecer una solución a los problemas fundamentales de la condición humana”. Octavio Paz
-Entonces, ¿qué pude darnos la política?, cuestionó el periodista Soler Serrano en televisión española, a quien le había dicho la analogía de los lobos y los corderos (RTVE 1977).
“La política puede darnos una forma de convivencia civilizada, incluyendo la disputa por el poder”. Le respondió el escritor mexicano.
La política no puede darnos sólo espectáculo, pan y circo, la política nos debe dar una forma de convivencia civilizada, como dijo el autor de El Laberinto de la soledad. Si quien está en el poder no lo hace, entonces no sirve.
Por más batallas de cifras, estadísticas, descalificaciones y encuestas, la realidad es que en los últimos años, en México no hay una forma de convivencia civilizada, el crimen organizado es dueño de cientos de pueblos y regiones del país, los lobos no nos han dado ni siquiera eso, tranquilidad.
Con la iniciativa Vota por una persona desaparecida, colectivos y familiares invitan a la población a no anular su voto sino usarlo para “visibilizar la crisis humanitaria que vice México desde los últimos 15 años”, esa es la realidad que la clase gobernante no quiere ver y tendrán que recordárselo en las boletas electorales.
Las elecciones no son un partido de futbol que veamos desde la comodidad del hogar, debemos salir a votar. En seis días demostraremos si queremos que el resultado de las votaciones reflejen un contundente triunfo de la democracia, o si nos quedamos con autoridades electas, marcadas por la polémica.