El fin del INE o la reforma que se asoma
Las acciones del Presidente son como los placebos
Utilizados solo para calmar las molestias y sin hacer ningún efecto para las mejoras de la vida humana, se han venido haciendo los dichos y acciones del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
Y es que al igual que los placebos, sus acciones del mandatario carecen de una actividad específica objetiva para las necesidades de los mexicanos.
Hablando en términos farmacéuticos, se creó la famosa Mega Farmacia del Bienestar con capacidad para albergar 286 millones de piezas de medicamentos, algo que a decir del mandatario, vendría a dar cumplimiento del derecho a la protección de la salud a través de un mecanismo eficiente de abasto de medicinas.
La ciudadanía que padece día con día el sufrimiento de una enfermedad y de no poder surtir sus recetas porque no hay medicamentos, vieron una mejora con la acción del mandatario; sin embargo, hasta estos días solo ha sido uno más de sus placebos del Presidente.
A más de un mes de su gran inauguración estamos hablando que las recetas surtidas no superan las 100, es decir, lo que el Doctor Simi surte en horas, la mega farmacia no ha dado la solución que esperaban los enfermos.
Y así como la Mega Farmacia ha sido un excelente placebo del Presidente para calmar a su pueblo bueno y sabio, la lista es inmensa.
No podemos dejar de lado los inicios de su mandato cuando gritaba a los cuatro vientos que enjuiciaría a todos los expresidentes de la República incluso realizó una consulta popular.
Tal vez el mandatario vio que si abría esa posibilidad de meter a la cárcel a los expresidentes, algún día también él correría el riesgo de que le buscaran y lo encontraran; todo quedó en un placebo.
Otro más fue el avión presidencial, que al final sí se vendió o prácticamente se regaló a las autoridades de la República de Tayikistán, cuando lo compró Calderón la aeronave costó 218 millones de dólares y se vendió en 92 millones de dólares, pues a decir del mandatario, el precio era del avalúo oficial en tiempo de la venta. Una vez más su acción no hizo efecto pero calmó al pueblo bueno y sabio que le entró a la compra de los boletos de lotería.
También podemos hablar de sus abrazos y no balazos, sin duda que este placebo no sirvió para nada y es que es el sexenio más sangriento de la historia de México, incluso por encima de la guerra contra el narco de Felipe Calderón y las muertes siguen en aumento día con día.
Vemos a niños armados para defender lo suyo, hay ataques que drones como si fuera un estado de guerra, ejecuciones, pueblos fantasmas y no se ha podido calmar ese dolor que sí requiere un medicamento eficaz y que al parecer este sexenio no lo vamos a encontrar.