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Una gran producción con muchos extras, grandes batallas y explosiones, muchas explosiones. Ese es el tipo de trabajos que le gustan a Rafa Lara, egresado de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación del ITESO. Y ese es el sello que estaban buscando desde la productora BTF Media y Disney+ para llevar a las pantallas la historia de Pancho Villa. “Para ellos estaba claro que yo era el indicado para esta producción, que involucra las cosas que me gusta hacer”, explica Lara.
El director de las cintas La Milagrosa y 5 de mayo: la batalla dice que una vez que lo eligieron para llevar a la pantalla Pancho Villa: El Centauro del Norte lo más importante fue trabajar el guion junto con Enrique Rentería. Para hacerlo echaron mano de “decenas de libros, recibimos asesoría de especialistas, fuimos obsesivos de la calidad máxima”, dice Lara y agrega que la premisa principal era “no juzgar al personaje. Nos hemos venido acostumbrando a ponerle a todo un filtro del Siglo XXI, pero para abordar a Villa debemos entender que fue un hombre de su circunstancia y de su tiempo, que vivió en un país revolucionado, convulso, violento. Buscamos acercarnos a él saliéndonos de los estereotipos maniqueos”. Y es que, continúa, al hablar de la figura de Francisco Villa es común que las opiniones se dividan entre quienes lo ven casi como un santo y quienes lo demonizan.
La serie está compuesta por 10 episodios y documenta el paso de Villa por lugares desde Columbus, en Estados Unidos, hasta Ciudad de México, pasando por Durango, Zacatecas, Aguascalientes y el estado donde se grabó todo, Jalisco. Lara explica que tomaron como centro de producción Guadalajara y gracias a la diversidad del estado pudieron recrear las diferentes locaciones, para posteriormente grabar tomas generales que permiten situar la acción en otros puntos del país. En cuanto al talento involucrado, dice que en un momento tranquilo hubo, delante y detrás de cámaras, entre 200 y 250 personas; cuando la acción lo requería llegó a haber entre 700 y 800. Para explicar la logística y la gestión de los recursos, el realizador destaca que echaron mano de lo hecho durante la realización de 5 de mayo: la batalla. “Buscamos repetir y mejorar la experiencia”, dice.
Otro reto que se planteó el director de la serie estuvo determinado por el alcance la misma, pues Pancho Villa: El Centauro del Norte será lanzada a escala mundial. Para ello, se realizaron doblajes y subtitulados en 20 idiomas. Así pues, se buscó que no fuera sólo una clase de historia, sino que cualquier espectador pueda verla aun cuando no sepa nada de México o de Pancho Villa o no esté siquiera interesado en temas históricos. “Buscamos un relato que no se quedara sólo en la anécdota, sino encontrar puntos de trascendencia relacionados con la experiencia humana”, dice Rafa Lara y explica que, aunque Villa luchó hace más de cien años, “hay cosas que siguen ocurriendo y que nos hablan de que es necesaria una revolución, no armada, pero sí hay que luchar con las oligarquías, la injusticia, la desigualdad en la que pocos tienen mucho y muchos tienen casi nada. Esas premisas siguen estando ahí”.
Rafa Lara agradece la libertad creativa con la que contó para realizar la serie, que se traduce en el que describe como su trabajo más autoral. Además, agrega que éste estuvo permeado por los aprendizajes que adquirió en el ITESO. “Aprendí no sólo el cómo hacer las cosas, sino a cuestionar el por qué y el para qué. Eso se ve en la serie. Es una producción con mucho corazón, bien desarrollada y con responsabilidad ética”, concluye.