
Visión Financiera
¿CANDIDATOS INDEPENDIENTES?
¿Cuánto se tardará la oposición en lanzar a su candidato? Por el equipo contrario, las corcholatas se van a aplastar entre ellas. A ver si no terminan en el pavimento, siendo parte del chapopote de la calle. Y, ¿no van a haber candidatos independientes en esta ocasión? Yo pienso que sí, aunque, tal parece que la lista de los “indepen-dientes” en nuestro país está destinada a ser sólo un manchón en el papel. Mucho esfuerzo han impreso varios personajes en ese lienzo donde se pinta nuestra veleidosa historia sin final feliz. Osados han sido los candidatos que han querido, no sabemos si por un deseo sincero de servir a esta atribulada patria o por no haber sido ungidos por la partidocracia omni-excluyente, lanzarse a una odisea infructuosa.
El caso es que, esos candidatos sin partido político, que simplemente le apuestan a México, no han visto coronados sus esfuerzos.
Tal parece que deseamos una patria independiente, pero no candidatos independientes. Ahí tenemos a uno de los quijotes de la intrincada política mexicana desde que México es “una ínsula independiente”, José Vasconcelos. Éste mexicano fuera de serie, político, educador, escritor y filósofo, osó desafiar al maximato de Calles enfrentándose en elecciones desiguales contra Pascual Ortiz Rubio. Desarrolló una intensa campaña plasmada después en su obra “La Tormenta”. Los peligros que sorteó su odisea fueron como para desalentar al más férreo. Varios líderes vasconcelistas fueron asesinados, incluso el propio “Ulises Criollo” sobrevivió a intentos de asesinato en su contra. Al final de la contienda el voto no fue respetado y pierde ante el candidato oficial del partido oficial el Nacional Revolucionario (PNR), antecesor del actual PRI.
Otro temerario fue el general brigadier comandante entonces de la zona de Nuevo León Juan Andrew Almazán. Misma suerte sufrió. Tocó turno al presidente Lázaro Cárdenas no dejar llegar a quien legítimamente aspirara a sentarse a la silla de los ungidos. Fuera de la historia oficial hay anécdotas de que Don Tata, protegió a su delfín. Mandó cuadrillas de empistolados que amedrentaron a los votantes que hacían fila para sufragar. Hubo muchos muertos. Al final “ganó” el candidato oficial, pero recuerdo que mi abuela contaba: “Ganó Almazán”.
Las aspiraciones independientes a la silla presidencial también han tocado a tapatíos. Por allá de los cincuentas, un pintoresco personaje apodado “El loco Abitia” y secundado por el Dr. Aviléz, se lanzaron en la vieja camioneta del primero a realizar campaña en los pueblos cercanos a Guadalajara. La hazaña, sin final feliz, como era de esperarse, acrecentó su apodo del “El Loco”. Como anécdota jocosa de este personaje ya cerca de los 80 años de edad se tiraba clavados de lo más alto del trampolín del Club Guadalajara, pero esa osadía era poca cosa con la hazaña de haber sido candidato independiente.
Se encuentra en nuestra memoria la pretendida candidatura independiente del otrora simpatizante de Fidel Castro, Jorge Casteñada, ex secretario de relaciones exteriores del gobierno de Fox. A este el IFE le impidió ser candidato. La partidocracia se impuso. Lo mismo con el hijo del Maquío: Manuel Clouthier. Este sinaloense intentó lanzarse como candidato independiente a la presidencia de la República Mexicana, hace poco más de una década.
También tenemos otro intento triste e infructuoso a la candidatura hacia la presidencia como el del periodista Ferriz de Con. El más exitoso, sin duda, ha sido El Bronco, quien apareció en los debates y en la boleta electoral.
Aquí la pregunta, es si los que no sean elegidos tanto de la oposición como de la cochorlatería, ¿se harán candidatos independientes? ¿Tendrán éxito o es necesario el cobijo de un partido?
Parece que, si alguien quiere aspirar a la Presidencia de la República debe comenzar de preferencia en su juventud a militar en un partido e ir haciendo méritos para que algún día tenga la suerte de ser considerado o ser apadrinado para ser candidato a gobernar este país. No importa otro tipo de méritos. Nada importa haber sido un empresario exitoso o un destacado profesionista, o algún otro título virtuoso, sino salir de la cantera de un partido. Parece decir la partidocracia: “Viva la independencia, pero de unos cuantos”.
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– ¿Qué onda vieja, ¿me lanzaré como candidato independiente? –
– ¡Primero hazte independiente con tus gastos y no andes empeñando hasta el refrigerador!
¡¡¡PLOP!!!