
Visión Financiera
El botonazo
“¿Nene nene qué vas a hacer, cuando alguien apriete el botón?”, preguntaba Miguel Mateos en su famosa canción ochentera.
Y es que traducía un temor de la llamada Guerra Fría entre las otroras poderosísimas naciones, los Estados Unidos de América y la Unión Soviética.
Ya se nos hacía en aquel entonces, amanecer con la noticia de que se había detonado una bomba en tal o cual parte.
El temor de la explosión atómica disminuyó con la famosa Perestroika de Gorbachov. En esta serie de movimientos, la URSS se modifica y se abre a Occidente. Desde entonces descansabamos, en “Santa Paz”. De alguna manera estábamos siendo ingenuos de que el fantasma de la Tercera Guerra Mundial había desaparecido. Al menos eso creíamos o queríamos creer.
Hoy en día, con el conflicto entre Rusia y Ucrania, nuestras pesadillas de al menos cuatro décadas del siglo pasado desde el final de la Segunda Guerra Mundial (1945) y la caída del Muro de Berlín (1989), han vuelto a despertarnos de nuestro ingenuo letargo..
Según un artículo en The New York Times, escrito por Michel Dobs, “Putin trata de imponer una línea roja insistiendo en que utilizará “todos los medios a su disposición”, incluido su arsenal nuclear, para defender las recién y unilateralmente ampliadas fronteras de la Madre Rusia. El presidente Biden ha prometido ayudar a Ucrania en sus esfuerzos defensivos. No se sabe cómo reaccionará Putin al ver que se ignora su línea roja”.
Las amenazas reales o ficticias de Putín con el uso de armamento nuclear, vuelve a ponernos a temblar de nuevo. ¿En qué momento se apretará el botón? ¿Quién lo hará primero? ¿Será Putin quien lo haga? ¿Será Biden, para aplacar a Putin?
¿O será algún otro gobernante con armas nucleares quien les gane la triste iniciativa del “push the red bottom''? ¿Quizá el dirigente de Corea del Norte, Kim Jon un?
Dios nos libre de cualquier botonazo. El primer ataque detonaría muchos más. Según un simulacro realizado hace poco en la Universidad de Princeton en pocas horas habría 34 millones de muertos. Luego, con la devastación no hay posibilidades de que quede vida en el planeta si se desata la tercera Guerra Mundial con explosión de ojivas nucleares.
Los augurios apocalípticos siempre han estado presentes, al menos desde los primeros siglos del Cristianismo. Sin duda cada vez se acerca más ese tiempo.
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-¿De qué escribiste hoy?-
-De que hay que estar pendientes del botonazo.-
-¡Mejor ponte a dieta!