¡¡¡Plop!!!
El futuro del PRI poco tiene qué ver con la suerte de la dirigencia de Alejandro Moreno, quien seguirá en el puesto, a menos que una decisión judicial y un juicio de procedencia en la Cámara de Diputados lo obligue a renunciar. Al presidente Andrés Manuel López Obrador, en sus afanes electorales, le conviene más que Alito continúe en la dirigencia y el consecuente desgaste de la coalición Va por México.
Las dificultades judiciales de Moreno y las del secretario de finanzas del exgobernador Rubén Moreira, se deben al enriquecimiento inexplicable y la desviación de recursos públicos. Del primero, su proceso está a cargo de la Fiscalía General de Campeche; el del segundo, de la Fiscalía General de la República. En todo caso, quedará en el sentido de responsabilidad de los titulares de las unidades para proceder conforme a derecho y, en su caso, someter a los responsables a proceso legal. De esta manera, defender a ultranza a los dirigentes del PRI es tanto como promover la impunidad.
Tampoco el futuro del PRI se juega en el Estado de México. El actor central de dicho proceso no sería el tricolor, sino la alianza opositora, aun cuando la candidata fuera del PRI, Alejandra del Moral o Ana Lilia Herrera. Desde luego que un triunfo de la Alianza Va por México en la entidad más poblada es un evento significativo, pero lo sería para el conjunto de la oposición. El gobernador Del Mazo cumpliría con su condición de facilitador de dicha coalición, pero sería un factor entre muchos del desenlace electoral.
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