¡¡¡Plop!!!
¡Obrador aplica puntual “El Manual del Dictador”!
¿A quién no ha traicionado, engañado, defraudado y mentido el señor López Obrador?
Frente a los datos duros se puede decir que toda la vida de AMLO –como líder social, dirigente político y servidor público–, ha sido de traiciones, engaños, fraudes y mentiras.
Y, por eso, la pregunta clave.
¿Y por qué no habría de traicionar a la propia historia, el señor López, si ha traicionados, engañados, defraudados y mentido a casi todos?
Viene a cuento el tema porque en dirección contraria a sus pares populistas –los expresidentes Luis Echeverría y José López Portillo–, el actual mandatario mexicano se asume como uno más de los dictadores de América Latina y hasta aplaude la represión de regímenes dictatoriales como los de Cuba, Venezuela y Nicaragua, entre otros.
Pero vamos a la historia.
Durante la instauración de las dictaduras chilena (1973), argentina (1976) y nicaragüense (1974) los gobiernos populistas mexicanos de la época –de Luis Echeverría y José López Portillo–, no sólo repudiaron los golpes de estado de Pinochet, Videla y la ilegal prolongación de mandato de Somoza, en Nicaragua, sino que ofrecieron asilo político a opositores y disidentes.
De esa manera, Echeverría y López Portillo –igual que en su momento lo hizo Cárdenas con la exilio español–, abrieron las puertas de nuestro país a miles de chilenos, argentinos y nicaragüenses –además de ciudadanos de otros países del sur del continente con problemas de represión–, perseguidos por las dictaduras de Pinochet, Videla y Somoza.
Más aún, López Portillo toleró y financió a la guerrilla sandinista que en 1979 depuso al dictador Anastasio Somoza; camarilla que, con el tiempo, también se vistió de dictadura con Daniel Ortega.
Hoy, en cambio, el mexicano López Obrador no ha dicho una sola palabra de condena y/o repudio a la represión de las protestas ciudadanas en Cuba, sobre la persecución y encarcelamiento de opositores en Cuba y Nicaragua y hasta coquetea con la tiranía criminal de Venezuela.
Peor aún, López Obrador no sólo financia de manera ilegal aquellas dictaduras sino que utiliza todos los métodos que han empleado las peores tiranías de la historia –como las de Mussolini, Hitler y Stalin–, para engañar al ciudadano, perseguir a opositores y preservar su poder a través del tiempo.
Tales métodos se conocen como “El Manual del Dictador”; la guía que López Obrador sigue de manera puntual.
¿Lo dudan?
1.- Propaganda. Las “mañaneras” son la más poderosa arma de propaganda para mantener engatusados a ciudadanos que alguna vez creyeron o siguen creyendo en López Obrador.
Y la prueba de que se trata de una estratagema “engañabobos” es que en los primeros 43 meses de la gestión de López, especialistas en la materia han documentado casi 80 mil mentiras del mandatario.
Sí, 80 mil afirmaciones falsas o no verdaderas de López, lo que promedia mil 860 mentiras al mes o, si se quiere, por ahí de 62 mentiras al día.
Es decir, que el jefe del gobierno y del Estado mexicanos es una máquina de mentir; dice 62 mentiras diarias en promedio, sólo para mantener latente la esperanza de seguidores fieles que no se atreven a disentir y/o desmentir al “amado líder”.
2.- Militarización. Hoy, militares, marinos y guardias nacionales están metidos hasta en la sopa, menos en las labores propias, como la seguridad territorial y el combate al crimen.
El objetivo detrás de la militarización es crear la percepción social de que existe un poder armado por encima del poder civil; poder que en cualquier momento sería descargado contra disidentes, opositores y críticos.
3.- Polarización social. Mussolini, Hitler y Stalin desarrollaron las más exitosas campañas de división social y polarización –además de exterminio–, mientras que en México López Obrador desplegó una versión tropical que todos los días alienta de distintas formas y con fetiches diversos.
Por ejemplo, “conservadores” y “neoliberales” son lo que en la Italia de Mussolini fueron los comunistas o en la Alemania de Hitler los judíos.
Otro fetiche es “el pasado” o “los de antes”, herencia de todos los males imaginables que le cayeron al pobre presidente Obrador.
Y el tercer fetiche para la división social es “el pueblo bueno y sabio”, el que no se equivoca y que, al final de cuentas, es fuente y destino de todos los afanes del dictador López.
4.- El enemigo externo. En distintos momentos el enemigo foráneo ha sido España y La Conquista Española; al extremo ridículo de que López ha exigido “perdón” a la Monarquía Española, mientras que lacayos de Palacio retiraron del Paseo de la Reforma la estatua de Colón.
Hoy ese enemigo externo se llama Estatua de la Libertad, un fetiche que el presidente Obrador “se sacó de la manga” no sólo para desviar las miradas de los mexicanos ante el fracaso de su gestión, sino para llegar al encuentro entre los presidentes López y Biden, con un distractor que es emblema para la sociedad norteamericana.
5.- Violencia y muerte. En su momento dictadores como Mussolini, Hitler y Stalin utilizaron el terror, el miedo, la persecución y la represión, como armas de control social.
La misma violencia y el riesgo de muerte existen hoy en México, pero esa tarea está en manos de los principales aliados del presidente; aliado que se llama crimen organizado y que, en los hechos, es un poder paralelo que está en todas partes y que no solo cobra rentas sino vidas.
Estimaciones no oficiales hablan de 150 mil vidas perdidas en los 43 meses del gobierno de López, a manos de las bandas criminales; más de cien mil desaparecidos, en tanto que a diario mueren 12 mujeres por razones de género y cinco niños pierden la vida cada 24 horas por razones de violencia.
El crimen organizado es intocable en la gestión de AMLO porque es la más poderosa maquinaria de represión, miedo y muerte.
6.- Censura y muerte de la libertad de expresión. La censura y la persecución de López Obrador a los críticos y a los medios empezó aquí, con una campaña global de difamación y calumnia lanzada contra el autor del Itinerario Político –en mayo de 2018–, que le costó más de 12 millones de pesos a la pandilla mafiosa de AMLO.
Hoy todos conocen la censura oficial, el control de los grandes medios, el despido de periodistas ordenado desde Palacio, el nacimiento de una casta de aduladores a sueldo y, sobre todo, el exterminio de los críticos. En 43 meses han sido asesinados 60 periodistas; 12 de ellos en los seis meses del 2024. Sí, la mayor cifra de informadores muertos en el mundo.
7.- Castigo ejemplar. La persecución lanzada contra el líder del PRI, Alejandro Moreno, es hoy el ejemplo tipo de la represión a los opositores; una campaña de difamación, calumnia, mentira y montajes de Estado que buscan el descredito y la rendición de los opositores. “Vean lo que les puede pasar”, es el mensaje. El primer caso se dio con Rosario Robles, llevada presa de manera ilegal, para que todos conozcan el poder del dictador.
8.- Persecución fiscal. Es larga la lista de perseguidos con el agarrote fiscal del dictador de Palacio. El caso de hoy es la persecución contra el expresidente Peña Nieto, a quien “investigan” por supuesto desvió de recursos.
En el fondo, el dictador de Palacio pretende la claudicación de Peña Nieto y del PRI en las elecciones del estado de México, previstas para el 2023 y que son “la joya de la corona” rumbo al 2024.
Sí, López Obrador sigue de manera puntual “El Manual del Dictador”; lo que no sabe es que muchos dictadores acabaron linchados por la turba.
Al tiempo.